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El amigo banquero

La Razón
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El martes asistí al almuerzo homenaje que se le ofrecía a José Luis García Palacios. Pocas veces el hotel Alfonso XIII reserva sus tres grandes salones sólo para un acto, pero la convocatoria era de las que es imprescindible acudir. El homenaje se había organizado sin lo que se suele llamar «el corte oficial». Allí estaba todo el mundo que está unido al campo: no faltaron toreros, ganaderos y del mundo del caballo, más muchos representantes del mundo de la banca. José Luis ha cedido el testigo como presidente de la Caja Rural a su hijo. Al tiempo también ha dejado su cargo al frente del Banco Cooperativo Español. Lo hace cumplidos los 80 años y dejando a ambas entidades en un magnífico estado después de sortear con pericia de marinero de Huelva la tremenda crisis financiera mundial que se ha llevado por delante tantas cajas de ahorros. No se jubila del todo. Seguirá al frente de la fundación. Pero su máximo galardón es que ha dejado el campo andaluz en una estupenda situación. Hoy Andalucía es una de las regiones que más exportan de España y en ese terreno nuestros productos agrícolas están en primera línea. Uno de los grandes protagonistas del éxito en estos últimos 25 años es, sin duda, José Luis. Pero yo quiero hablar del amigo. Estaba sentado en la mesa de sus hijas. Pilar, emocionada ante las palabras de sincero elogio que le dedicaban distintas personalidades. Decía ella que «mi padre es muy buena persona, por eso ha conseguido tanto». Le contesté que se equivocaba , que se puede hacer una carrera profesional de tanto éxito y ser un malnacido y que el mérito más grande es permanecer como una gran persona después de tanto conseguido. En esto le ha ayudado enormemente que a José Luis le encanta la vida y disfrutarla y tiene una magnífica aliada en su esposa Pilar. No voy a caer en el tópico de pareja ejemplar. Son una pareja que se aman, salta a la vista, y eso les pone alas. Igualmente pasa con sus hijos. Además les gusta tener a sus amigos cerca, y sabido es que estar con ellos en el Rocío, en la Feria, en sus fincas o en los veranos de Punta y Sanlúcar es la seguridad de pasarlo de cine. Me alegro muchísimo de todo lo bueno que te pasa, sabes que soy un envidioso sin remedio de ti, de Pilar y de toda tu familia. Que el tiempo siga siendo contigo un fiel y leal amigo.