Museos

El arte después de Picasso

La casa natal del pintor acoge una exposición con 45 obras de artistas influídos por el malagueño, como Miró, Brossa, Tàpies o Chillida

Vista de la exposición «Arte español en la colección de la Fundación Picasso», inaugurada en Málaga
Vista de la exposición «Arte español en la colección de la Fundación Picasso», inaugurada en Málagalarazon

Dijo Dora Maar que «sin Picasso, no hay nada, y después de Picasso, sólo queda encontrarse con Dios», pero la fundación con sede en la casa natal del artista ha explorado en su colección lo que hubo en el arte español a partir de la muerte del malagueño en 1973. «Todos estos artistas conocían y admiraban la obra de Picasso y no podían ser ajenos a la influencia y al magisterio picassiano», afirmó ayer en la presentación de la exposición su comisario, Mario Virgilio Montañez. En total, son 45 las obras seleccionadas entre las más de 4.000 que posee la Fundación Picasso en su colección de más de 200 artistas, de las que unas 2.500 son de obra gráfica y, en torno a 88, del propio Pablo Picasso.

Miró, Brossa, Tàpies, Chillida, Millares, Gerardo Rueda, Guinovart, Antonio Saura, Hernández Pijuan, Gordillo, Canogar, Plensa, el Equipo Crónica o el Equipo Realidad son algunos de los firmantes de las piezas que permanecerán instaladas hasta el próximo 5 de junio en la sala de la Fundación Picasso. Según el comisario, la exposición ofrece además «un panorama desde la España opresiva durante la cual murió Picasso y cómo se va abriendo hasta llegar a la posmodernidad, con el tránsito hacia la democracia, la libertad y la pluralidad».

¿Hay una influencia a la inversa, es decir, de otros artistas en Picasso? Montañez señaló que «en cada fase, Picasso va por libre, dejándose influir muy poco, y en él no hay influencias, sino que son una consecuencia de una tradición previa». «Cuando crea el cubismo, hay una influencia arqueológica del arte ibérico y del arte africano, pero la impronta de crear un nuevo capítulo es picassiana, y en las épocas azul y rosa hay una influencia simbolista, pero hace una aportación totalmente propia».

Pese a que la colección de la Fundación Picasso se ha especializado en los últimos años en el propio artista, con obras que «están recorriendo el mundo», esta institución puede presumir de que «pocas colecciones en España tienen una amplitud, riqueza e interés como ésta», según Montañez.

También recordó cómo cuando se creó la Fundación Picasso en 1988, Málaga, reconocida actualmente como «una potencia museística», era «casi un erial» en materia cultural.

La primera obra de Picasso que llegó a la colección fue la carpeta «Sueño y mentira de Franco», gracias a la donación en 1989 de su nieta Marina, pero «el gran salto cualitativo» se produjo con la adquisición en 2004 de los más de 200 grabados de la colección Jan Lohn y en 2005 de un cuaderno preparatorio de «Las Señoritas de Aviñón».

Por su parte, el director de la Fundación Picasso, José María Luna, apuntó que esta exposición es también una «reivindicación» de la colección, «cuya profundidad e intensidad no es todo lo bien conocida que debiera». Igualmente, aseguró que están presentes «artistas españoles que conocieron a Picasso, pero que eligieron su propio devenir creativo».