Córdoba

El canto de un Gallo

La Razón
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Se lee en Wikipedia, textualmente, que «las sopas de fideos gordos son muy apreciadas» en El Carpio, localidad cordobesa en la comarca del Alto Guadalquivir, donde el Río Grande de los moros aún trae perfumes serranos desde Cazorla. Causa o efecto, tiene relación seguramente este plato de la gastronomía local con la vieja fábrica de harina, única industria del pueblo gracias a la implantación de Pastas Gallo, primera compañía catalana que abandona su solar fundacional para traer la sede social a Córdoba. Es la pedrea de esa lotería empresarial del «procès» muy repartida por el resto de regiones de España, e incluso cabrá preguntar en cuanto haya ocasión si también muda el domicilio fiscal, que eso sí que tiene repercusión directa e inmediata sobre la autonomía de destino. El dinero no es sólo cobarde sino también ladino, y es de temer que algún separatista emboscado esté jugando con ciertos equívocos conceptuales para hacerse el simpático con la clientela nacional mientras deja sus caudales en la hucha de la Generalitat. Pero algo es algo. Gallo, que no es De Cecco ni Garofalo ni tan siquiera la más asequible Barilla, alcanzó aquí una gran popularidad cuando contrató a Sophia Loren para un spot televisivo en el que la mítica actriz recurría al argumento de autoridad: «Se lo dice una italiana», y se comía la cámara con su mirada infinita. Una compatriota suya, madre del firmante a la sazón, la emplea para su «pasta e ceci», exquisitez popular romana a base de fideos gordos, como los del El Carpio, romero y garbanzos que atempera los espíritus en invierno. Muy recomendable ahora que el calor parece haberse ido, por fin, y merecido reconocimiento a unos empresarios que, oh milagro, han apostado por esta tierra y no para levantar un hotel.