Caso ERE

El juez recusado en los ERE pide ahora que lo aparten en las causas de los cursos y los avales

Izquierdo promueve «sin más dilaciones» su abstención sobre la que decidirá la Audiencia

El magistrado y ex alto cargo de la Junta, Pedro Izquierdo
El magistrado y ex alto cargo de la Junta, Pedro Izquierdolarazon

Izquierdo promueve «sin más dilaciones» su abstención sobre la que decidirá la Audiencia

Después de todo, era fácil. «Debo promover sin más dilaciones mi abstención». Con esta frase toma la iniciativa ahora el presidente de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla y ex secretario general para la Justicia de la Junta, Pedro Izquierdo, para desligarse de los recursos que se presenten en las causas judiciales que orbitan en torno a los cursos de formación subvencionados por el Gobierno andaluz y a los avales concedidos por la agencia pública IDEA. Lo hace después de que la pasada semana la Sección Tercera del tribunal provincial a la que pertenece lo apartara del juicio en el que se dictaminará sobre la ilegalidad o no del procedimiento específico en virtud del cual se repartieron las ayudas de los ERE presuntamente fraudulentos, la llamada rama política de ese caso que sentará en el banquillo a 22 ex altos cargos del Ejecutivo regional, entre ellos los ex presidentes socialistas Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

Izquierdo repite la misma aseveración en tres escritos diferentes fechados ayer a los que tuvo acceso LA RAZÓN al ser difundidos desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y en los que el ex alto cargo planteó su abstención en los mencionados procesos, tras conocer la decisión final adoptada por la propia Audiencia en el de los ERE. Su recusación fue promovida por el PP-A y por el sindicato Manos Limpias al entender que el hecho de que hubiera formado parte entre 2008 y 2014 de gobiernos de Chaves, Griñán e incluso del primero de la actual presidenta Susana Díaz hacía que no concurrieran «las suficientes garantías para excluir cualquier duda sobre la imparcialidad» del magistrado que tenía un interés «directo o indirecto» en el pleito.

El aludido no lo entendía así. De hecho, sostuvo en un informe que no hallaba motivos para no ser el ponente del juicio contra Chaves y Griñán. Logró el respaldo de la Fiscalía Anticorrupción, más allá de demandarle alguna aclaración, si bien, el juez pidió a la Audiencia que se pronunciara y ésta acabó alineándose con las tesis de los recurrentes, que luego lo fueron en relación a los otros «macroprocesos». Ahora, tragada la píldora, el magistrado argumenta en su triada de escritos que «en cumplimiento» de la «amplia» interpretación» efectuada por la Sección Tercera y por entender que, según la misma y en lo que respecta a su persona, «las presentes conductas investigadas» en los casos de formación y los avales «se podrían enmarcar en un contexto de actuación muy similar» al de los ERE y «con la posible participación también de algunos de los encausados»; debe promover su paso a un lado. Serán sus compañeros de la Sección Primera, a los que se dirige, quienes tengan que resolver sobre su abstención, esta vez autopromovida, para apartarlo o no de los recursos que lleguen al tribunal provincial sobre esos procesos remitidos desde el juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla que comanda la jueza María Núñez. Tras conocer que había sido finalmente inhabilitado para juzgar la pieza política de los ERE, Izquierdo dijo respetar la decisión de la Sección Tercera, pero insistió en que estaba «convencido» de no estar «afectado» para ser ponente y reclamó reformas legislativas que eviten que lo vivido por él «le pase a ningún otro magistrado». Sus nuevos pasos no están exentos de algún disparo. En relación a la causa de los cursos, por ejemplo, recuerda que desde 2015 a la actualidad ha resuelto recursos sobre ella, alguno presentado por el PP, «sin que se haya efectuado tacha alguna a las designaciones» realizadas.