Novela

«El olvido es una cicatriz que no duele. Soy más feliz cuando perdono»

A la izquierda, la autora Paloma Sánchez-Garnica, durante el ameno diálogo sobre el libro y la literatura en general mantenido con el periodista Jesús Vigorra
A la izquierda, la autora Paloma Sánchez-Garnica, durante el ameno diálogo sobre el libro y la literatura en general mantenido con el periodista Jesús Vigorralarazon

Paloma Sánchez-Garnica presenta en la Fundación Cajasol de Sevilla «Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido», Premio Fernando Lara 2016

«Acabo de cumplir un sueño», dijo cuando recibió el galardón en El Alcázar, antítesis del trasfondo de su obra. «A veces nos empeñamos en mantenernos en la infelicidad». Paloma Sánchez-Garnica presentó ayer en la Fundación Cajasol –en dinámico diálogo con el periodista Jesús Vigorra, con presentación a cargo del presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido; el director territorial de Axa Seguros, Javier Tena; y la directora general de la Fundación José Manuel Lara, Ana Gavín; y con la presencia de Consuelo García Píriz, miembro del Patronato de la Fundación Lara– su novela «Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido», Premio de Novela Fernando Lara 2016, en medio de una gran expectación. Una historia «sobre la liberación que produce el perdón, tanto para el que lo pide como para el que lo otorga», según la autora, que confesó que se trata de su obra «más personal». Un libro que rescata el ambiente de doble moral en el que vivía España durante la década de los 50, cuando ser madre soltera o hija bastarda se convirtió en una marca de vergüenza y repudio.

«Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido» cuenta una historia de secretos de familia, que narra cómo una hija ilegítima que ha vivido durante años el calvario de sufrir por esa condición se reencuentra con su verdadero padre. Entonces conoce finalmente todo lo que se oculta detrás de su pasado y los problemas en los que se encontraban sus progenitores antes de abandonarla. «A Carlota le faltaba siempre una Nochebuena», relató. De la pregunta real de una amiga en su infancia a su madre –«¿Por qué estás tan triste siempre?»– nace la novela, que ahonda en los temas universales del amor, los malos tratos y la moral.

Paloma Sánchez-Garnica es una de las escritoras con mayores cifras de ventas del Grupo Planeta y ha visto convertida en serie de televisión su exitosa «La sonata del silencio», editada en 2014, y que contó con una gran acogida por parte de los lectores. Ambientada en la España de la posguerra, Marta Etura, Eduardo Noriega y Daniel Grao dan vida a unos personajes de posguerra. Con anterioridad, la ganadora había editado «El gran arcano» (2006), «La brisa de Oriente» (2009), «El alma de las piedras» (2010) y «Las tres heridas» (2012), un verdadero fenómeno de masas. Sánchez-Garnica es licenciada en Derecho. Llega al mundo de la literatura pasados los 40, cuando decide dar un giro profesional en base a la disciplina y al rigor al escribir y documentarse, perfeccionados tras varios años preparándose unas oposiciones que, además, le sirvieron para ambientar la novela histórica, su especialidad. Se trata de su obra «más personal», pero «no por Carlota. He indagado para comprender los conflictos morales y personales que nos rodean. El libro es el producto de lecturas, conversaciones, de lo oído y olvidado. Cada personaje lo construí basado en mis vivencias. Es una novela contemporánea, las otras fueron una mirada al pasado». Sánchez-Garnica sabe que «unas veces la ola te sube a la cresta durante un tiempo», por lo que no pierde la perspectiva. «Tienes que estar más atenta, más tensa, porque vas a un ritmo al que no estoy acostumbrada, de aquí para allá viajando; porque mi mundo es más sosegado», señaló en una entrevista en LA RAZÓN. «La escritura es una forma de estar en el mundo», defiende. «Una forma de vivir». «Tengo la fortuna de hacer algo que me apasiona, fascina y que me ayuda a comprender mi mundo y el pasado. Por lo tanto, como soy lectora voraz, el pasar al otro lado supone completar lo que para mí supone la literatura», aseguró, aferrándose al «silencio necesario para escuchar a los personajes, para escuchar su voz, su historia, porque si no, no les escucho». «Cierro mi cancela, cierro con llave y mi mundo se convierte en lo que los personajes quieran», indicó.

«El olvido siempre es tuerto e inseguro», cita a Javier Marías. «Aparece cuando menos lo esperas y, si no hay perdón, abre la herida y vuelve a hacer daño. Cuando uno perdona ,tiende a olvidar. El olvido es una cicatriz que no duele», sostiene. Otra de las frases de la amiga de la autora «que me conmovió e hizo que me pusiera a escribir esta novela fue:‘Nunca podré perdonar a mi padre’. Yo soy más feliz cuando perdono. El perdón produce liberación», señaló la escritora. «Dar las gracias y pedir perdón son los dos actos más significativos de una buena persona. Hay que aprender a pedir perdón y también a perdonar. En ocasiones, tenemos todo para ser felices y nos empeñamos en que no, por comodidad, por no arriesgar, por el qué dirán, por la sensación de fracaso... La felicidad está al alcance de nuestra mano. Todos somos dueños de nuestro destino», mantiene Sánchez-Garnica. «Carlota es una bastarda, pero vive en su burbuja de familia perfecta hasta que comprende lo que significa la palabra. Nos pasamos la vida anhelando lo que consideramos idílico en otros, sin darnos cuenta de que el idilio lo tenemos que vivir con lo que tenemos y somos», señaló la escritora sobre la protagonista de «Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido», que arrancó el aplauso, y las lágrimas de emoción de los asistentes, al finalizar con la lectura de los mensajes de sus hijos tras ganar el Fernando Lara de Novela. «Nada es perfecto, pero se puede ser feliz. A veces los sueños se hacen realidad», defendió Paloma Sánchez-Garnica, invitando al lector a «reaccionar».