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Sevilla

El oneroso selfi del concejal

La Razón
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El Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, que este año celebra su cuadragésima tercera edición, sigue siendo lo que era a finales del siglo pasado: una cita familiar, diríase íntima, en la que el espectador casi tiene que buscar con una vara de zahorí las joyas que llegan del otro lado del Atlántico entre el cargamento de pretensiones fatuas tan propias de la región. A partir del día 10, se homenajeará allí al recientemente fallecido Federico Luppi, quien tantas veces se dejó ver por la Casa Colón, igual que el XVI Festival Internacional de Cine de Almería, que comienza dos días más tarde en la otra punta de la región, se pondrá a los pies Sophia Loren, diva que sí podrá ser disfrutada de cuerpo presente porque, verdaderamente, es inmortal. Este viernes empieza en Sevilla el Festival de Cine Europeo, con unas cuantas ediciones menos que el almeriense bajo esta denominación, pero alguna más en total, pues comenzó en el 2001 con el nombre de Cine y Deporte, aunque supo virar el rumbo a tiempo para convertirse en la referencia que es hoy. Noviembre ya no es en Andalucía el mes del Tenorio ni de los crisantemos, sino de las salas atestadas de entrañables gafapastas. Todos estos certámenes son meritorios, lo mismo que el que alberga Málaga en primavera, pero también señalan la escasa vertebración de una región más empeñada en resaltar las diferencias entre sus taifas que de aunar esfuerzos para parir un festival de cine que de verdad se sitúe no ya en la esfera del de San Sebastián, que juega en otra liga, pero sí a la altura de la Seminci de Valladolid. Sin embargo, prima el interés particular del concejal de turno deseoso de retratarse junto a la estrella atraída a golpe de talonario. Lo caros que le salen algunos selfis al contribuyente, oye.