Educación

El plan de éxito educativo de la Junta, «una operación de maquillaje»

APIA avisa de que pretenden incrementar los buenos resultados académicos «sin elevar la exigencia en los centros» y limitando la capacidad de maniobra de los profesores

La titular de Educación, Adelaida de la Calle, junto al consejero Manuel Jiménez Barrios, tras el Consejo de Gobierno en el que se aprobó el Plan de Éxito Educativo de
La titular de Educación, Adelaida de la Calle, junto al consejero Manuel Jiménez Barrios, tras el Consejo de Gobierno en el que se aprobó el Plan de Éxito Educativo delarazon

La Junta pretende incrementar los buenos resultados del alumnado andaluz en función de «sus capacidades, intereses y expectativas». Ése se ha convertido en el objetivo general del Plan de Éxito Educativo de Andalucía 2016-2020, aprobado la semana pasada por el Consejo de Gobierno, con el que el Ejecutivo autonómico confía en aumentar la tasa del alumnado que obtiene la titulación en Bachillerato o FP hasta al menos el 85 por ciento de la población entre 18 y 24 años, como marca la Estrategia Europea de Educación 2020.

El documento contempla 63 medidas encaminadas a lograr el triunfo académico de los estudiantes y a «consolidar una política educativa de calidad, inclusiva y equitativa», según la Junta. Esas propuestas incluyen algunas orientadas a erradicar el fracaso escolar con un alza en los índices de graduación en Secundaria Obligatoria, a la mejora de la formación del profesorado y a la reducción de su carga burocrática, a la introducción de cambios metodológicos, a la detección temprana de las dificultades de aprendizaje o al perfeccionamiento de los programas de tránsito entre niveles, entre otras cuestiones. Y no parece descabellado que algo deba moverse en las aulas de la comunidad, a la luz del dibujo de situación que ofrece el informe de Evaluación Integral de Alumnos de 2015 –PISA, por sus siglas en inglés– de la OCDE, presentado ayer a nivel mundial, que sitúa a Andalucía en la última posición en España con respecto a ciencias, al obtener 473 puntos; y en el penúltimo lugar en lectura (466) y en matemáticas (479). De acuerdo a ese baremo, la región está a las claras por debajo de la media nacional y de la internacional. La Consejería de Educación acogió «con sorpresa» la radiografía y apuntó que los resultados pueden reflejar los cambios metodológicos en la realización de la prueba y los efectos nocivos de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). Con todo, Educación considera la evaluación como «un instrumento de mejora», por lo que avanzó, vía comunicado, que se analizarán los datos y se aplicarán «medidas correctoras». Es más, la consejería instó a toda la comunidad educativa a «trabajar juntos para revertir» ese panorama y confió en que el desarrollo del mencionado Plan de Éxito Educativo sea «una estrategia adecuada» para cambiar los indicadores. Sin embargo, la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA) avisa de que ese programa, que abarca aulas de Primaria y de Secundaria, «puede ser un brindis al sol» y de que «la normativa que se establezca ‘a posteriori’» alrededor de su órbita, las «leyes y normas que deriven del mismo», puedan contribuir a «empeorar bastante las condiciones de trabajo de los profesores y de los alumnos». Fuentes de la organización sindical advierten que con la mencionada iniciativa, el Gobierno andaluz «quiere aumentar el éxito educativo, pero sin elevar la exigencia en los centros, es decir, poniendo muchas cosas del revés». «Dentro de la pobreza que hay ahora en los centros, a todos los niveles, tememos que lo que busquen sea conseguir que haya más aprobados, que la conflictividad no salga más allá de las paredes de las aulas... En definitiva, que sea una operación de maquillaje», lanzan. En lo concreto, uno de los puntos del plan que llama su atención es que «se prohiba expulsar a los alumnos de clase». Y se explican: «No se llega hasta ese punto sin que antes no se hayan experimentado todo tipo de recursos con el alumno sancionado. Para que una expulsión se lleve a cabo, tiene que haber ocurrido algo muy grave, que a veces puede tener que ver con situaciones de acoso a compañeros, o con que el implicado tenga muchas conductas contrarias a la convivencia acumuladas». Otra «ocurrencia», a juicio de esta organización «bastante inquietante» recogida en el documento de la Junta está relacionada con la formación del profesorado y es «la posibilidad de implantar una titulación de Grado de Profesorado de Educación Secundaria con varias especialidades por áreas», es decir, «una suerte de Magisterio para Secundaria, donde ya no será preciso ser especialista en una materia», lo que para APIA supondrá «todo un empobrecimiento de la figura del docente», lamentan. La asociación de profesores ha detectado además un cierto «espíritu de ‘carta a los Reyes Magos’» en la parte del texto elaborado por la consejería dedicada a la «diversidad del alumnado». Y hay otro elemento que les genera intranquilidad respecto a uno de los fines a alcanzar: la mejora de las tasas de titulación en Secundaria. Creen las mismas fuentes que el foco no sólo se debe poner en Secundaria, sino también en Primaria, dado que es desde ahí desde donde llegan a los institutos «cada vez más alumnos» con deficiencias en su aprendizaje, pese a «haber llegado titulados». «Luego, como siempre, los problemas a resolver se hallan en Secundaria», rematan desde APIA.

Y no son las únicas críticas que acumula el plan. Fuentes parlamentarias recuerdan que la oposición ya le reprochó al Gobierno andaluz la «falta de novedad» existente en las 63 medidas, la mayoría ya anunciadas por Educación, o que se haya incluido en la horquilla de acción 2016, cuando «éste ya se acaba y lo hará sin avances».