Administración Pública

«Es habitual que cirujanos y anestesistas trabajen 12 horas»

El sindicato médico urge a la Junta a actuar para que las ofertas de empleo y los traslados no se «eternicen»

Imagen de profesionales sanitarios trabajando en un quirófano
Imagen de profesionales sanitarios trabajando en un quirófanolarazon

El sindicato médico urge a la Junta a actuar para que ofertas de empleo y traslados no se «eternicen»

«Sí, es habitual». Ésta fue la respuesta desde el Sindicato Médico de Andalucía (SMA) a la pregunta de LA RAZÓN de si lo era que los cirujanos encadenaran «12 o 13» horas de trabajo en la comunidad, como habían denunciado a este periódico varios profesionales desde distintos puntos de la región que, sin embargo, optaron por hacer del anonimato su escudo. Fuentes del SMA fueron más allá: «No sólo hay médicos, también anestesistas en la sanidad pública andaluza que trabajan 12 horas seguidas desde las 8 de la mañana a las 8 de la tarde, por ejemplo». Esto, al margen de «las guardias, que son de 24 horas», en las que el tiempo real de actividad depende de la afluencia de pacientes y de las «operaciones de especial complejidad que pueden prolongarse incluso durante más horas», puntualizan. Apuntan que «en un quirófano suele haber un cirujano y un ayudante, y a veces se turnan para hacer descansos», pero aún así «es mucho tiempo», avisan, para volver a matizar: «Y es habitual que esto suceda con cirujanos y anestesistas y punto». ¿A qué se refieren? «Hay otras categorías profesionales que sí se relevan a una hora de la tarde», explican las fuentes del sindicato médico que recuerdan que «Andalucía es la comunidad con menor número de especialistas del país con diferencia» e insisten en que «hace falta personal» en la sanidad. Y al hilo de esa situación, hilvanan otra reclamación: el SMA insta a la Junta a resolver «de una vez por todas» las ofertas de empleo públicas (OEP) en curso, así como los traslados de facultativos que no acaban de producirse. Es más, según dicha organización sindical, los últimos que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) «fue capaz de resolver» se produjeron «hace años» y los nuevos procesos que se han abierto desde entonces, «van por el mismo camino», lo que mantiene a multitud de facultativos «en una situación desesperada», critican.

Las fuentes consultadas afirman que los implicados son «decenas de miles de personas» ya que el asunto afecta a «todas las categorías». Relatan que los exámenes correspondientes a la oferta de empleo de 2015 fueron realizados hace un año, pero aún no disponen de listados provisionales. «Ni siquiera se ha solicitado que aporten la documentación del baremo a los opositores con mejores notas», lanzan. A aquélla le siguió la OEP relativa al pasado ejercicio, a 2016, que no tiene listas de inscritos, pese a que los interesados tuvieron que alistarse «hace meses», ni fecha de examen fijada. «Mucha gente ha pagado las tasas para volver a examinarse sin saber si ya ha aprobado, si ya ha obtenido plaza en la convocatoria 2015», dibujan, para rematar: «No es razonable».

Y lo mismo sucede con el traslado. Dicen que hace seis meses que se requirió la documentación a quienes querían optar a él y, por ahora, «no hay ni un solo listado provisional» siquiera.

En ese escenario, el SMA pide a la máxima dirigente del Gobierno autonómico, Susana Díaz, que incremente el presupuesto, apueste «de verdad» por sus profesionales sanitarios y «contrate más para sustituir a quienes forman parte de los tribunales en los exámenes». «La Administración –suman– tiene que contar con la gente necesaria para que esos procesos no se eternicen». Estos médicos andaluces admiten estar «cansados» de esperar a «una Administración incompetente», «hartos» de que su derecho a la conciliación de la vida familiar y laboral «le importe muy poco» a los directivos y «hastiados» de «aguantar una gestión tan ineficiente como insensible» a sus problemas. Sobre todo, porque a ellos les exigen «cumplir los objetivos impuestos, sean cuales sean», a riesgo de perder parte de su retribución, o «atender a cuantos pacientes lleguen» a las consultas, «sin que nadie se pregunte si existe capacidad real para ello».