Andalucía

«Hay que creer más en las personas que en ideologías»

Antonio Guerrero, portavoz de la Plataforma de Atención Temprana, presenta su libro «La realidad invisible»

«Hay que creer más en las personas que en ideologías»
«Hay que creer más en las personas que en ideologías»larazon

Antonio Guerrero, portavoz de la Plataforma de Atención Temprana, presenta su libro «La realidad invisible»

El adjetivo altruista define a Antonio Guerrero (Osuna, 1955), un espíritu libre que luchó durante años contra su propia naturaleza en la Agencia Tributaria. De funcionario encargado de emitir embargos pasó a enfocar su existencia en ayudar a los demás. Y ahora, con 62 años de edad, ha encontrado la felicidad plena. Los menores con trastornos son simplemente su vida, y la de su mujer Katy (siempre juntos). El destino, un caso familiar cercano, le permitió conocer hace dos años y medio el mundo de la atención temprana. Su implicación, tocando los resortes políticos, sociales y ejecutivos a su alcance, ha servido para que estos niños dejen de ser «La realidad invisible», título del libro que hoy presenta en la Caja Rural del Sur.

–¿La atención temprana es hoy un poco menos invisible que hace treinta meses?

–Creo que sí, diría que incluso algo visible. Recuerdo que en su día tuve que preguntar qué era el término. Cuando empecé a ir al Parlamento, es curioso que los parlamentarios lo confundían con atención primaria. Hoy sí que se distingue.

–¿Por qué no había surgido antes una plataforma como ésta?

–Había asociaciones, pero de tipo asistencial. No existía ninguna reivindicativa que defendiera que estos menores son ciudadanos con los mismos derechos que el resto.

–¿Le ha pasado factura ser tan reivindicativo?

–No. Supongo que habrá personas que me pueden reprochar alguna actitud adoptada, lo que puedo asegurar es que ha cambiado el sentido de nuestras vidas –su inseparable mujer, Katy, asiente–. La plataforma me ha dado grandes amistades, entre las familias y la sociedad en general. He aprendido que no se puede generalizar al hablar de los políticos. Hay que creer más en las personas que en las ideologías.

–Cuando en el verano de 2015 se adentra en el mundo de los menores con trastornos, el presupuesto era de 10 millones...

–...Y ahora estamos en casi 30 millones.

–Otros se han apropiado este logro, pero sin la plataforma no se entendería este cambio...

–Estaría en el mismo sitio, pero con más niños. Ningún partido político puede rentabilizar lo hecho por la plataforma. Ni Susana Díaz, ni Ciudadanos lo han logrado.

–¿Y cómo arrancó?

–Escuchando a las familias y a los profesionales, creando una web, una cuenta de email y contando con la Prensa, la gran aliada de la plataforma. Hay un detalle, además, fundamental. No tenemos cuota ni recibimos subvenciones. Eso da credibilidad. Llevamos dos años moviéndonos, negociando y viajando sin pedir un céntimo a nadie. Estamos aquí para ayudar. Eso los políticos lo llevan fatal...

–¿Ése es uno de los males de Cermi-A (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad en Andalucía)?

–Claro.

–¿Qué alcance tenéis hoy?

–Nos conocen no menos del 60 o 65% de las familias con menores con algún tipo de trastorno. Hablamos de más de 20.000 personas que tienen relación directa con nosotros. Nos dividimos por provincias. E incluso hemos gestionado situación en otras comunidades. Se ha corrido la voz de que en Andalucía hay una plataforma que arregla cosas.

–¿Cómo evolucionará?

–Hacia una federación o una plataforma nacional de atención temprana y discapacidad. Éste último es un concepto que no se puede desligar, simplemente por el transcurso del tiempo. El niño a partir de los seis años sigue con el trastorno. No podemos abandonarlo. Tenemos un gran vacío en educación. Los colegios no se dotan de las figuras de logopedas, psicólogos y fisioterapeutas que existen en los Centros de Atención Infantil Temprana (CAIT), dependientes de Salud. Ni siquiera se cambian los planes de estudio del profesorado. Son menores que en su gran mayoría pueden ser recuperables, no en el cien por cien, pero recuperables y que hoy simplemente pasan el día en aulas y que a largo plazo van directamente a adquirir la condición de pensionistas.

–¿Qué le quita el sueño?

–Lo que más me preocupa hoy es el acoso escolar. La mayor causa de muerte entre adolescentes y jóvenes es el suicidio. Igual que antes no se sacaba la violencia de género y ahora sí, soy de los que piensa que es un tema que debería aparecer en los medios. Lo he hablado con el Defensor del Pueblo, Jesús Maeztu. La identidad sexual es el blanco perfecto para el acoso.

–¿De qué está más orgulloso?

–De lo que más, del cambio de actitud que hemos sido capaces de provocar en la Consejería de Salud, al principio absolutamente reacia a cualquier interlocución. Hoy está solucionando muchos problemas. El poder legislativo andaluz no quiere saber nada de mí, pero el ejecutivo, nombrada por el mismo partido, sí cuenta con nosotros.

–¿Qué pretende con el libro?

–Invitar a la reflexión: hay una realidad que puede tocar a cualquiera, pero para la que existe siempre una esperanza.

–¿Habrá segunda parte?

–Está pensada como una trilogía.