Huelva

José Luis Pérez Tapias: «Jamás antes nos habían dicho lo que debemos hacer en nuestra casa»

«El debate no es confluencia sí o no, sino cuándo, cómo, con quién y para qué», defiende

José Luis Pérez Tapias: «Jamás antes nos habían dicho lo que debemos hacer en nuestra casa»
José Luis Pérez Tapias: «Jamás antes nos habían dicho lo que debemos hacer en nuestra casa»larazon

«El debate no es confluencia sí o no, sino cuándo, cómo, con quién y para qué», defiende

Maestro de primaria, concejal y portavoz en el Ayuntamiento de Fuenteheridos (Huelva), el compromiso de José Luis Pérez Tapias es a tiempo completo. Igual atiende en los ratos «aún sin niños» en el colegio que la noche previa a la boda de su hija. Militante de larga experiencia orgánica e institu-cional, fue secretario de Organización de la coalición bajo la coordinación general en Andalucía de Valderas y ex viceconsejero de la Junta.

–¿Por qué se presenta como candidato a liderar IULV-CA?

–Encabezo una candidatura plural porque así me lo han pedido los redactores del documento «Una IULV-CA más fuerte y autónoma para cambiar Andalucía» y la militancia que lo avaló. Nuestro objetivo es contribuir a un debate necesario e inaplazable sobre el futuro inmediato de IULV-CA. La militancia y nuestro electorado tienen el derecho a saber qué va a pasar con nuestra organización. Defender una IULV-CA fuerte y autónoma no es nostalgia, es una necesidad para la izquierda andaluza.

–¿La confluencia con Podemos es una necesidad política, una forma de subsistir o una posibilidad para presentarse como alternativa real frente a PSOE y PP?

–La convergencia forma parte del ADN de IULV-CA desde su nacimiento. El debate no es confluencia sí o no, sino confluencia cuándo, cómo, con quién y para qué. En cualquier caso, cualquier confluencia, sea con Podemos o con cualesquiera otras fuerzas políticas, debe hacerse desde tres condiciones básicas: desde la fortaleza y la autonomía de IU, es decir desde posiciones de igualdad y sin posicionamientos previos; desde el acuerdo programático y desde la participación de la militancia, en un proceso de abajo a arriba; y sin decisiones cupulares. Se trata de valorar y decidir cuál es la mejor opción para defender con solvencia los intereses de la clase trabajadora andaluza y mejorar su calidad de vida cotidiana.

–¿La Asamblea de IU es una pugna Maíllo-Valderas?

–No, en absoluto. El debate no es sobre el pasado. Es sobre el presente y el futuro. No es un debate de nombres, sino de ideas, de modelos y de proyectos para nuestra organización. Nuestro proyecto es colectivo, de mucha militancia que tiene cultura de organización moderna, abierta y renovada, que no quiere dar saltos al vacío. Nuestro documento huye de ambigüedades y generalidades. Se puede compartir o no, pero creo que nadie puede decir que no concretamos lo que queremos ser y conseguir.

–¿Conservar la identidad de IU, con sus siglas, es negociable? ¿Está en juego la soberanía del partido?

–Las siglas son la expresión de un proyecto político con una amplia trayectoria política en Andalucía y en España, al que muchas personas han dedicado y dedican mucho tiempo, energía y recursos. Pero lo más importantes es ser fieles a la responsabilidad con este país y mantener vivo un proyecto de la izquierda real.

El propio Garzón ya ha reconocido que tenemos un problema de visibilidad. Creemos que sí hay un riesgo real de que, a base de experimentos y ambigüedades, IU se diluya y la gente deje de vernos y de reconocernos.

–¿Qué modelo propone para el futuro de IU?

–El modelo de IULV-CA, a pesar de su complejidad, ha demostrado ser un modelo que ha permitido la convivencia de partidos y personas en una única estructura organizativa. Tenemos mucho que mejorar: la participación, la comunicación, nuestra acción en la sociedad, la adaptación a las nuevas realidades sociales, etc., pero debemos mantener cuatro bases fundamentales: el mantenimiento de la militancia con iguales derechos y deberes, con la cuota como mecanismo de vinculación; el principio «un hombre, una mujer, un voto»; el mantenimiento de órganos de dirección y no sólo de coordinación; y el fortalecimiento de las áreas de elaboración y movilización.

–¿Cómo le sentó que Podemos planteara pedir a IU la ruptura de los pactos de Gobierno con el PSOE para la confluencia en las municipales?

–Me pareció una injerencia intolerable, una falta de respeto. Jamás antes nos habían dicho otros lo que debemos hacer en nuestra casa. Las asambleas locales deben tener autonomía para decidir cuál es el mejor escenario en su localidad, si presentarnos con nuestras candidaturas o participar de confluencias locales. Y el conjunto de la organización debe mantener su capacidad para definir su propia política de alianzas tras las elecciones.

–¿El pacto de Gobierno con el PSOE fue un lastre para IU?

–El pacto de Gobierno fue una experiencia inédita en Andalucía y en España que en su momento despertó ilusiones y expectativas. No fue un cogobierno fácil, pero cuando estaba IU en el Gobierno se hablaba de banca pública, derecho a la vivienda, pobreza energética, reforma fiscal, se negociaban los presupuestos a cara de perro defendiendo la educación y la sanidad pública... y ahora, sólo se habla de la bajada del impuesto de sucesiones.

La ruptura unilateral del Gobierno por parte de Susana Díaz y el surgimiento de Podemos, apoyados ambos por grandes grupos mediáticos, contribuyeron a crear una imagen negativa del mismo y nosotros no tuvimos capacidad o no supimos poner en valor nuestra aportación al cogobierno. Hoy asistimos a la constitución de un cogobierno entre PSOE y Podemos en Castilla-La Mancha y muchas voces críticas de entonces, de dentro y de fuera de nuestra organización, permanecen ahora en silencio.

–¿Cree que Susana Díaz ha tratado de utilizar la figura de Diego Valderas con el cargo de comisionado para la Memoria Histórica?

–Sí, sin dudarlo, porque tras perder el congreso del PSOE pretendió visualizar que giraba a la izquierda. Y además lo planteó mal. En cualquier caso, me consta que Diego Valderas no hubiera aceptado la propuesta sin el respaldo de su organización y del Parlamento.

–¿Se considera un «pesimista antropológico» o un optimista bien informado?

–Optimista por naturaleza, acompañado y asesorado por muchos compañeros/as, que creen en el ser humano, que creen necesario cambiar Andalucía, con los pies en el suelo y que piensan que el único camino es la imaginación coherente. Lo que no tengo es pensamiento mágico, ese que cree que por verbalizar una idea ésta se hace realidad.

–¿Pactarían con el PSOE de nuevo en la Junta?

–Dependerá siempre de la correlación de fuerzas para parar al PP y de las circunstancias concretas. La experiencia pasada está ahí y nos servirá en cualquier caso. Sabemos con quién tratamos.