La candidatura al PSOE de Díaz hace sobrevolar un nuevo adelanto electoral

La oposición le recrimina que coloque Andalucía por detrás de sus intereses personales

IU «impugnará» la posibilidad de que Díaz compatibilice los cargos, algo que Cs no discute

Susana Díaz adelantó casi un año las elecciones andaluzas en 2015 por la «inestabilidad» del Gobierno de coalición de PSOE e Izquierda Unida. Pocos interpretaron la justificación fuera de la estrategia política socialista. Hoy, la presidenta de la Junta gobierna sin mayoría pero con el apoyo balsámico de Ciudadanos. El pacto de investidura con la formación naranja ha resultado idílico para el Ejecutivo andaluz hasta la fecha. Sin embargo, la decisión de Díaz de optar a las primarias a la Secretaría General del PSOE da paso a un periodo de incertidumbre generalizada y a la petición, incluso por parte de la oposición, de adelanto electoral.

En primer lugar, el presidente del PP-A, Juanma Moreno, remarcó que Andalucía «no puede ser segundo plato», algo que bajo su punto de vista no sucede con los populares porque «nuestra tierra es lo primero y lo más importante». En la misma línea se expresó la vicesecretaria de Política Ins-titucional del PP-A, Patricia del Pozo, al señalar que a Susana Díaz «nunca le interesó el proyecto andaluz», sino que le ha «servido de trampolín para sus intereses personales». «A partir de ahora se abre un periodo de incertidumbre que sólo podrá ser resuelto con un gobierno, más pronto que tarde, del PP», añadió. Y más allá fue el propio Javier Arenas, presidente de honor de los populares andaluces, al afirmar que el anuncio de la Susana Díaz «acerca ese deseo de que tengamos a Juanma Moreno como primer presidente centrista de la Junta».

La noticia no coge por sorpresa a nadie. El partido que queda más comprometido es Ciudadanos. Su portavoz, Juan Marín, respeta una «decisión interna» de los socialistas y personal de la presidenta de la Junta. Como viene advirtiendo los últimos meses, Cs «ve compatible» los cargos de secretaria general del PSOE con el de presidenta. Sólo en el hipotético caso de que Díaz decidiera «abandonar la Junta», la formación naranja «renegociaría el acuerdo de investidura firmado en su día».

Mucho más enérgico se mostró Antonio Maíllo en nombre de IU. El coordinador andaluz de la formación de izquierdas «impugnará» la posibilidad de que Díaz compatibilice los cargos, lo que convertirá a Andalucía en un «plato de segunda». En su opinión, la «única» preocupación de la presidenta de la Junta es su carrera política nacional, algo que está haciendo «daño» a la comunidad autónoma y crea «incertidumbre». «La supervivencia de Susana Díaz pasa por que no se hable de su gestión. En esa perspectiva nos tenemos que preparar, pues es evidente que no podrá aguantar con ambas gestiones y si lo hiciera lo vamos a impugnar porque Andalucía no es plato de segunda», recalcó Maíllo. Su gestión fue calificada como «indigencia política cargada de anuncios a bombo y platillo». Por tanto, IU ve «razones» para que no agote la legislatura y «no tenga que rendir cuentas». La credibilidad de la presidenta es «cero», al recordar que hace poco más de dos años adelantó la elecciones cuando «un mes antes dijo que no, que había estabilidad» en el anterior gobierno de coalición entre el PSOE e IU. «Basta con que diga que se agotará la legislatura para que se enciendan las alarmas de que se van a adelantar las elecciones andaluzas», agregó.Ante esta perspectiva, «tenemos que estar preparados –continuó–, para construir la alternativa de izquierdas con propuestas fiables y solventes, y la calle y sus reivindicaciones son el fundamento, el alimento que da forma a la alternativa».

El secretario de Comunicación de Podemos en Andalucía, Pablo Pérez, pidió a la presidenta andaluza que «deje de jugar con los intereses de Andalucía», después de conocer su intención de concurrir a las primarias para dirigir el PSOE: «Tiene que elegir ya». Esa elección, según Pablo Pérez, pasa por «salvar al PSOE y al régimen del 78, o los problemas de los andaluces».

Equo Andalucía directamente exigió a la presidenta andaluza que, en caso de resultar elegida, «dimita de su cargo y convoque elecciones, al objeto de evitar que sea una persona impuesta a dedo quien» lidere la Junta.

Con miles de personas en las calles casi semanalmente por los recortes en la sanidad, el lentísimo descenso del paro y los problemas añadidos en la educación, a Díaz se le abre un duro escenario para convencer a nivel nacional.