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La comunidad sigue teniendo el doble de parados que cuando arrancó la crisis

Actualmente la región cuenta con 902.138 desempleados, según el Inem, y 1.161.100 según la Encuesta de Población Activa (EPA)
Actualmente la región cuenta con 902.138 desempleados, según el Inem, y 1.161.100 según la Encuesta de Población Activa (EPA)larazon

Andalucía mantiene desde hace dos años una bajada sostenida del paro. La comunidad, como el resto de país, camina en una senda de recuperación económica después de casi una década de dura crisis, la peor desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, hay una incógnita que aún sigue sin respuesta: cuándo Andalucía podrá volver a los niveles de desempleo que tenía antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. El horizonte en cualquier caso se prevé lejano. A día de hoy la región prácticamente dobla el número de parados del año 2007, el año I de la crisis.

Es difícil establecer el momento exacto en el que estalló la burbuja. No hay un día «d» y una hora «h», pero sí una señal que hizo saltar todas las alertas en el verano de 2007. En esos meses, contraviniendo todas las tendencias, el paro subió. Subió en Andalucía en junio y subió en toda España en julio. Llegaron las primeras ráfaga sobre el desmán de las «subprime» y en un año escaso –septiembre de 2008– el tsunami definitivo: la caída de Lehman Brothers.

En ese momento embrionario de la crisis –julio de 2007, hace justamente nueve años– Andalucía contaba con 485.693 personas inscritas en las oficinas del Inem. Al cierre del pasado mes de julio constaban 902.138, prácticamente el doble. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre –abril a junio–, el número de parados sigue por encima del millón (1.161.100, el 29,07 por ciento).

Con un descenso de paro como el de los últimos doce meses –99.400 personas según la EPA, 80.287 atendiendo a los registros del Inem–, aún tendrían que pasar cinco años para tener una cifra de desempleo en términos absolutos cercana a la que existía justo en el comienzo de la crisis. Pero es imposible garantizar un marco de caída sostenida del paro. El horizonte de la vuelta a la situación pre-crisis es difuso por el conjunto de variables que operan y por las eventualidades que puedan ocurrir a nivel internacional, que cada vez influyen más en una economía plenamente globalizada. «Es una circunstancia imposible de calibrar», desliza a LA RAZÓN el profesor de Economía de la Universidad de Sevilla José Manuel Cansino. «Lo que sí está claro es que el paro es un factor estructural en la comunidad. Como mínimo va a haber el doble que a nivel nacional. Cuando en España la tasa de paro era del 7 por ciento, en Andalucía teníamos el 14». «Lo que hubiera dado valor añadido a la economía en la comunidad es el reforzamiento del sector industrial, como ocurre en las regiones más ricas, pero se ha producido una década perdida en este terreno. De nuevo vamos a volver a jugárnosla a lo mismo, al turismo y a la construcción», argumenta.

Andalucía, además, no pedalea en esta bajada por delante del resto de comunidades, aunque desde la Junta se mantenga un discurso más triunfalista. Los datos, por sí mismo, lo cantan. En los últimos doce meses, el paro bajó a nivel nacional el 8,98 por ciento, según los registros del Inem, mientras que en Andalucía la bajada fue del 8,17, impulsada por el viento de cola de las contrataciones estivales. La EPA del segundo trimestre ofrece la misma radiografía: en Andalucía el descenso fue del 7,89 por ciento, mientras que a nivel nacional, el 11,1. Igual ocurre con las afiliaciones a la Seguridad Social. Respecto a junio, la variación interanual fue del 2,48 por ciento de crecimiento. El alza en el conjunto de las autonomías es del 2,92 por ciento.

Con todo, estos últimos doce meses han sido los mejores de la recuperación en cuanto a bajada del paro, aunque de nuevo planean las sombras de cierta desaceleración. De hecho, Analistas Económicos de Unicaja, en su último informe, rebajó en una décima la previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de Andalucía para este año, pasando del 2,8 al 2,7 por ciento. El enfriamiento de las previsiones afecta a la construcción, la agricultura y la industria. Sólo el sector servicios sigue con la misma pujanza, rondando el 3 por ciento.

La Consejería de Hacienda, en la orden por la que se dictan las normas para la elaboración del Presupuesto de 2017, también señala los datos positivos, aunque avisa del lastre que puede suponer el esfuerzo de reducción del déficit, de sólo un 0,5 por ciento el año próximo, para llegar al objetivo de plena consolidación fiscal, déficit cero, en 2019. «Andalucía –recoge la orden presupuestaria– cerró el año 2015 con un crecimiento interanual del PIB del 3,7 por ciento, la tasa más elevada desde el año 2007 y más del doble de la registrada por la zona euro. Todos los sectores productivos han contribuido a la recuperación de un crecimiento sustentado en su mayor parte sobre la demanda interna». Hacienda también presenta a Andalucía como la comunidad «líder en la creación de empleo» y de parados, aunque esta circunstancia la rebatan las estadísticas de la EPA y del Inem.