Andalucía

La Junta se encomienda al «ladrillo»

Prevé «compensar» la reforma del impuesto de sucesiones con el aumento de ingresos fiscales por la venta de viviendas, especialmente de segunda mano

El mercado inmobiliario vuelve a moverse tras años de claro retroceso. Sobre estas líneas, las obras en un bloque de viviendas en la capital hispalense
El mercado inmobiliario vuelve a moverse tras años de claro retroceso. Sobre estas líneas, las obras en un bloque de viviendas en la capital hispalenselarazon

Prevé «compensar» la reforma del impuesto de sucesiones con el aumento de ingresos fiscales por la venta de viviendas, especialmente de segunda mano

Los datos que ofrece el sector de la construcción ni de lejos se acercan a los años del «boom» inmobiliario. Sin embargo, se aprecia desde el 2014 una recuperación paulatina que trata de aprovechar la Junta de Andalucía en dos sentidos: aumentando la recaudación de impuestos y disminuyendo la importante bolsa de parados en este sector, que en el mes de septiembre acumulaba 83.710 de los más de 840.000 desempleados totales que hay en la comunidad según el último registro del INEM.

Las expectativas puestas en el repunte del «ladrillo» las confirma el propio Ejecutivo andaluz en el Informe Económico Financiero que acompaña al Proyecto de Presupuestos para 2018. «El mercado inmobiliario –recoge el mencionado informe– está acelerando su fase de recuperación en términos de demanda y precios, impulsada por la mejora del empleo y las favorables condiciones de financiación. Continúa asimismo la tendencia positiva en cuanto al número de hipotecas constituidas».

Este argumento lo desliza la Junta para explicar la previsión de subida notable de los ingresos por dos tributos que están íntimamente relacionados con el mercado inmobiliario: el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, que debe pagarse siempre que se produzca la transacción de una vivienda de segunda mano; y el de Actos Jurídicos Documentados, que rige tanto para viviendas nuevas como usadas, al ir aparejado a los gastos de hipoteca y escrituras. En el caso de la vivienda nueva, el impuesto principal que paga el comprador es el de Valor Añadido (IVA).

El aumento que prevé la Junta para Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados es del 9,5 por ciento. «Ello se debe –señala el Ejecutivo de Susana Díaz– a que en 2017 el impuesto se liquidará por encima de lo previsto inicialmente y a las buenas expectativas de evolución del mercado inmobiliario en 2018».

Así las cosas, la Junta prevé recaudar en 2018 por Actos Jurídicos Documentados 416,6 millones de euros en 2018, mientras que por Transmisiones Patrimoniales un total de 1.129 millones. En números absolutos, la diferencia es sustancial respecto a este año, puesto que sólo en Transmisiones Patrimoniales el aumento es de 112 millones de euros más y en Actos Jurídicos Documentados suma otros 22 más. La Junta, por tanto, compensa sobradamente el impacto de 47 millones de euros que tendrá el próximo año la rebaja del impuesto de sucesiones, al quedar exento para las herencias de hasta un millón de euros, tal y como reclamó Ciudadanos. La propia Junta lo reconoce así en su Informe Económico Financiero: «Dicha subida compensará los descensos en las demás figuras de este apartado», aludiendo de manera concreta al Impuesto de Sucesiones y Donaciones que, al igual que los anteriores, forman parte de la cesta de tributos de titularidad estatal pero de los que se ocupa la Junta tanto en su gestión como en su recaudación.

El optimismo de la Junta no es infundado. Hay datos que avalan la recuperación del mercado inmobiliario, especialmente de la vivienda de segunda mano que, como ya hemos indicado, es la que está vinculada de manera estrecha al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales. La compraventa de viviendas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), aumentó el pasado mes de agosto un 12,4 por ciento, hasta alcanzar las 8.224 transacciones en la comunidad. El dato aún está lejos a los registrados en las fechas previas al pinchazo de la burbuja. Así, por ejemplo, en mayo de 2007 –la crisis económica estaba en ese momento larvándose– el número de transacciones fue de 16.276 (el doble); y justo en agosto de hace diez años –cuando comenzaron los primeros signos preocupantes por la subida del paro ese verano– se alcanzaron en la región las 12.935 transacciones. Ahora bien, hay una circunstancia que ha cambiado radicalmente: la proporción de viviendas nuevas y de segunda mano que se venden. Mientras el pasado mes de agosto la venta de vivienda nueva fue de apenas el 18,3 por ciento, hace una década representaba más de la mitad de las operaciones. Unos datos que acaban de reafirmar por qué la Junta espera compensar la merma del impuesto de sucesiones con ingresos tributarios derivados de la venta de vivienda usada.

Hay más datos que apuntan en la misma dirección de recuperación del mercado inmobiliario. El número de hipotecas constituidas sobre viviendas subió en Andalucía un llamativo 35,3 por ciento durante el pasado mes de julio en relación al mismo periodo del año anterior, hasta alcanzar las 4.577 operaciones. Andalucía continúa siendo la comunidad con mayor número de viviendas hipotecadas junto a la Comunidad de Madrid y Cataluña, según la estadística de hipotecas que recoge el INE.

Por otra parte, el informe de Analistas Económicos de Unicaja presentado el martes, relativo a la oleada de otoño, incide en el mismo sentido. «Los próximos meses es previsible que continúe la mejora de la actividad en el sector, teniendo en cuenta las últimas cifras de superficie a construir de los visados de dirección de obra de los colegios de arquitectos técnicos, que hasta mayo reflejan un incremento en la superficie superior al 60 por ciento, aumentando tanto la destinada a uso residencial, con una variación interanual cercana al 70 por ciento, como la de uso no residencial, aunque esta última ha crecido a un menor ritmo». Con todo, este menor ritmo es del 34 por ciento. «Por el lado de la demanda –continúa el informe– también se viene observando un perfil ascendente prácticamente desde mediados de 2014 ,aunque los niveles siguen siendo muy inferiores a los previos a la crisis».