Lebrija

Las huellas del cuchillo con que asesinaron hija Juana Vargas son «100%» del acusado

Manuel R.M., acusado de asesinar en diciembre de 2015 en la localidad sevillana de Lebrija a su ex pareja, María del Castillo Vargas
Manuel R.M., acusado de asesinar en diciembre de 2015 en la localidad sevillana de Lebrija a su ex pareja, María del Castillo Vargaslarazon

El análisis de huellas y ADN en el cuchillo ensangrentado hallado en la azotea del edificio contiguo a la vivienda de María del Castillo Vargas, hija de la cantaora Juana Vargas, coinciden “cien por cien” y sin “ninguna duda” con la del acusado juzgado por su asesinato, su exmarido Manuel R.M.

En la tercera sesión del juicio con jurado que se celebra desde la semana pasada en la Audiencia Provincial de Sevilla, en el que Manuel R.M. se enfrenta a entre 30 y 33 años de prisión por asesinato, malos tratos habituales, allanamiento de morada y quebrantamiento de condena- ya que tenía una orden de alejamiento de su ex en el momento del crimen-, han testificado los guardias civiles que realizaron la inspección ocular del domicilio y la acera donde se halló el cuerpo así como varios forenses que realizaron pruebas toxicológicas a la víctima y al acusado.

Los agentes explicaron que en la casa de la víctima en Lebrija (Sevilla) no hallaron manchas de sangre pero sí un mechón de pelo de ella arrancado “en el forcejeo”, unas medias con una huella del calzado del agresor y en la rueda delantera izquierda del vehículo del acusado por “contacto” con el cuerpo de la víctima que no indican que le pasara por encima con el coche sino “muy cerca” ya que “pasó por la acera pisando la mancha de sangre” que se formó alrededor del cadáver tras su apuñalamiento, la madrugada del 8 al 9 de diciembre de 2015.

También confirmaron que el cuchillo hallado al día siguiente en la azotea del edificio contiguo a la vivienda, en Lebrija (Sevilla), era del mismo tipo que los existentes en los cajones de la cocina que hallaron abiertos y que el análisis del mismo determinó que la sangre era de María del Castillo y las huellas “no hay ninguna duda” de que corresponden a Manuel R.M. “al 100 por cien”.

No pudieron confirmar que la ventana del dormitorio, por la que presuntamente accedió el agresor, fuera forzada si bien otros peritos sí subrayaron que en el alféizar se hallaron huellas de sus zapatos.

Por su parte, los forenses que realizaron pruebas toxicológicas tanto a la víctima como al acusado han declarado que no hallaron restos de consumo de alcohol ni drogas.

La defensa sostiene que el consumo de cocaína por parte del acusado pudo nublar la plena conciencia de Manuel R.M. sobre sus actos -pide que los hechos e califiquen como homicidio y no asesinato al negar premeditación- y el atestado recoge que esa noche los médicos que le atendieron le hicieron un análisis que dio positivo en cocaína.

Pero los peritos que han declarado hoy le realizaron un análisis del pelo pedido a posteriori por la defensa en el que no se detectaron restos de consumo de drogas porque debido al crecimiento del cabello cuando se realizaron no podían llegar a trozos de pelo existentes en el momento del crimen.

El juicio continúa mañana con la declaración de otro guardia civil y un policía local de Lebrija y se retomará el lunes con la exposición final de la Fiscalía, la acusación particular, la acusación popular ejercida por la Junta y la defensa antes de que el jurado tenga que dictaminar su veredicto.