Andalucía

Podemos asume el discurso del PSOE sobre financiación

La formación morada plantea a Díaz que se decante por el modelo de los «jacobinos neoliberales» o de los «federalistas plurinacionales»

Susana Díaz, ayer en el Parlamento andaluz
Susana Díaz, ayer en el Parlamento andaluzlarazon

La formación morada plantea a Díaz que se decante por el modelo de los «jacobinos neoliberales» o de los «federalistas plurinacionales»

Hay quienes aseguran que el PSOE andaluz y Podemos están condenados a entenderse más pronto que tarde, sobre todo si a nivel nacional la relación se vuelve más fluida entre los dos partidos; otros solo lo ven posible si los resultados de unas próximas elecciones autonómicas obligan a ambas formaciones a negociar, y aún así sería difícil vista la poca sintonía política entre Susana Díaz y Teresa Rodríguez. En cualquier caso, sí existen elementos coincidentes en el discurso de ambos partidos. Uno de ellos es el sistema de financiación autonómica, un asunto que será protagonista en los próximos meses porque se negocia un nuevo acuerdo a nivel nacional. Podemos asumió ayer el grueso del discurso del PSOE sobre este tema y habló de infrafinanciación de Andalucía, que ha dejado de recibir 4.000 millones de euros desde su entrada en vigor, cantidad similar a la que reclama la Junta –4.600 millones–.

La supuesta mala aplicación del sistema de financiación autonómica es uno de los argumentos recurrentes de la Junta para justificar la falta de recursos económicos de los que dispone Andalucía. Aunque el sistema fue aprobado en época de Rodríguez Zapatero y celebrado como un éxito por el Gobierno de José Antonio Griñán –el PP se opuso al modelo–, las previsiones del Ejecutivo autonómico no se han cumplido desde su entrada en vigor.

La diputada de Podemos Carmen Lizárraga, asumió la representación de su partido en el debate con la presidenta de la Junta. Su diagnóstico se acercó mucho al del PSOE y calificó de «injusto» el modelo, aunque no exculpó a los socialistas de propiciar un escenario de «disciplina presupuestaria que es injusto».

La presidenta de la Junta prefiere mantener las distancias con Podemos y se preguntó si la actitud del partido que lidera Teresa Rodríguez «forma parte de un nuevo tiempo en el que Andalucía está por delante de la confrontación permanente con el PSOE-A o es solo temporal y momentánea». La política de bloques que se intuye en el Congreso de los Diputados, con el PP y Cs de un lado; y el PSOE y Podemos de otro, podría trasladarse al Parlamento andaluz. Lizárraga así se lo manifestó a Díaz, ya que para reclamar juntos un nuevo marco financiero para las comunidades hay que elegir entre « jacobinos neoliberales o federalistas plurinacionales, antes de que del estatuto arda hasta el último artículo», en relación a las exigencias de Cs que, a su juicio, minan la capacidad recaudatoria y la implantación de determinadas políticas sociales contempladas en el Estatuto.

El grupo de trabajo que se ha creado en el Parlamento –respaldado ayer por todos los partidos– constituirá la primera evidencia para ver si la relación entre el PSOE y Podemos fluye o no. El discurso de los socialistas sigue siendo el mismo, como esgrimió su portavoz. Mario Jiménez señaló que, tomando como referencia el año 2014, faltan 16.000 millones para prestar y garantizar los servicios públicos y criticó el «castigo sistemático» del Gobierno central.

Por parte de Ciudadanos, clave en la deriva que puede tomar el PSOE en los próximos meses, su presidente, Juan Marín, señaló que su partido participará en este grupo de trabajo desde una posición «constructiva» y confió en que no se desarrolle un debate de confrontación.

Moreno: «Es usted iincapaz de gestionar»

Frente a elementos externos que «impiden» el desarrollo de Andalucía con unos estándares similares al resto de regiones europeas, el presidente del PP-A, Juanma Moreno, acusó a Díaz de «inyectar el veneno de la desigualdad» en la comunidad, por su «incapacidad para gestionar». Un déficit que provoca el «círculo vicioso de pobreza y paro», con más de un 40 por ciento de la población en riesgo de pobreza o una tasa de desempleo juvenil del 54 por ciento.