Andalucía

Podemos quiere que el «autocultivo» de marihuana sin restricción sea legal

Registra la PNL más radical en la materia y solicita la regulación del uso medicinal y «recreativo» del cannabis. Pide «programas de aprendizaje y control a la ciudadanía» y ve «posibilidades de excelencia en la producción»

Moreno Yagüe registró una PNL que firma la parlamentaria Esperanza Gómez
Moreno Yagüe registró una PNL que firma la parlamentaria Esperanza Gómezlarazon

Registra la PNL más radical en la materia y solicita la regulación del uso medicinal y «recreativo» del cannabis

Pide «programas de aprendizaje y control a la ciudadanía» y ve «posibilidades de excelencia en la producción»

Como con otros tantos temas, el objetivo de Podemos vuelve a ser generar debate, transmitir la idea de cambio y romper esquemas. Otros partidos políticos, a nivel regional y nacional, se han pronunciado antes a favor de la legalización del cannabis con fines medicinales. Pero la formación morada en Andalucía va un pasó más allá, un paso más radical. A finales de abril registró una Proposición No de Ley que plantea además de lo anterior, regularizar el «autocultivo» de marihuana, incluido en «zonas urbanas», sin establecer límites para el consumo propio con fines curativos o «recreativos». La iniciativa, admitida a trámite, está abierta a enmiendas antes de su debate parlamentario.

Podemos apela en la exposición de motivos de su PNL a la «libertad de consumo», frente a una corriente iniciada a principios del siglo XX en la que el Estado, a través de sus leyes, «ha tratado de imponer a la ciudadanía» una «línea de pensamiento». Restricciones de libertades, entre las que la formación morada incluye normas que impiden la utilización de «sustancias naturales y artificiales con efectos en su salud y en su bienestar psíquico», con el objeto de «imponer una moral» y controlarla. Entre ellas, las sustancias psicoactivas, fomentando mercados controlados sin libre competencia.

La parlamentaria Esperanza Gómez, quien firma la iniciativa, repasa los tratados internacionales y leyes nacionales que abordan la materia, para concluir que el cannabis, según las mismas, es «un problema de salud moral», pues las evidencias médicas y científicas demuestran la inexistencia de aspectos negativos en el plano fisiológico. Asegura que se trata de una planta de «uso común por la ciudadanía» y se apoya en recientes estudios (Ministerio de Sanidad de Canadá o Academia Nacional de las Ciencias de EE UU), para defender sus beneficios terapéuticos en multitud de patologías ( relacionadas con dolor crónico, oncología, sistema nervioso...) y la ventaja de sus efectos adictivos, que «no pueden compararse con ninguna otra de las sustancias farmacológicas usadas habitualmente».

Recuerda el papel pionero de Países Bajos en la legalización y repasa los procesos iniciados en Alemania, República Checa e Italia o ya implantados, como en Portugal, donde se permite además el uso de esta planta con fines recreativos, como en varios estados de EE UU, Uruguay y Colombia, entre otros. Actuaciones que han supuesto un vuelco en la ONU, que ya reconoce la legalidad de estos programas.

La vertiente «recreativa» del consumo de cannabis permitiría, según Podemos, acabar con los traficantes, sin miedo a que la legalización total suponga un problema en la sociedad española, pues ésta «tolera la idea del consumo responsable». Se puede interpretar que la formación morada señalaría a aquellos que no respalden su propuesta como partidarios de «mantener mercados ilícitos generadores de riquezas incontrolables». Y señala a PSOE y Cs por presentar iniciativas que abogan por mantener un sistema «en el que la ciudadanía no tenga libertad individual» y poniendo en manos de las farmacéuticas la relación con la planta. El autoconsumo y autocultivo «supone un coste cien veces menor», asevera, antes de puntualizar que en los estados que se ha legalizado el consumo, éste ha descendido un 30% en cinco años. Podemos cree que el hecho de que los delincuentes «no puedan utilizar el cannabis como fuente de lucro» supondría una ventaja para los cuerpos y fuerzas de seguridad, que podrían «destinar recursos a la persecución de hechos verdaderamente nocivos para la sociedad». Además, y poniendo de ejemplo Amsterdam, la formación morada cree que Andalucía, con un clima incomparable, atraería a «turismo consumidor de primera categoría, sin contar con las posibilidades de excelencia en la producción».

Más libertad, menos delitos e ingresos fiscales extraordinarios, que llevan a Podemos a pedir al Gobierno andaluz a que inste al Ejecutivo de Rajoy a «regular el uso del cannabis en el aspecto comercial e individual, promoviendo programas de aprendizaje y control por parte de la ciudadanía de sus propias plantas, ya que los logísticos producidos en la última década hacen que cualquier persona pueda fácilmente proceder al autocultivo y consumo en su propio domicilio, incluso en zonas urbanas». En segundo lugar, que proceda a la «regulación inmediata de la producción y cultivo concertado, de manera asociativa, sin fines de lucro, para el abastecimiento medicinal, y con fines científicos y de investigación». Y, por último, insta a la Junta a que, «en el uso de sus competencias en materia de agricultura y ocio, regule el uso del cannabis con fines recreativos», lo que permitiría «luchar contra el mercado ilegal» y acabar con la «economía sumergida», y evitaría «la imposición de una moral a la ciudadanía por parte de los poderes públicos».