Energía

Precisiones sobre la moratoria del carbón

La Razón
La RazónLa Razón

A las 10:00 am del pasado 16 de noviembre, el Gobierno británico publicaba la lista de los 25 firmantes de la Alianza para el abandono progresivo del carbón en la generación eléctrica. La declaración se hacía pública «coincidiendo con», pero no «en el marco de» la reunión número 23 de la cumbre de las partes en la lucha contra el cambio climático, celebrada en la ciudad alemana de Bonn. Esto significa que el alcance de este compromiso es extraordinariamente más limitado que el incluido en el Acuerdo de París ratificado en 2016, pero va en la línea de alcanzar sus objetivos habida cuenta de que el carbón es la energía primaria más contaminante de entre todas las que contribuyen a generar gases de efecto invernadero.

Aunque el documento pone el foco en el uso del carbón en centrales térmicas para generación eléctrica, su uso también se destina a la generación de calefacción aunque no en todos los países. En 2015 –últimos datos disponibles– la electricidad mundial generada con carbón fue de 9.538,3 teravatios por hora mientras que la calefacción generada lo fue de casi 6 millones de terajulios. En España, el carbón sólo se usa en centrales térmicas para generación eléctrica y generó 52,6 teravatios por hora en 2015.

El uso del carbón ha seguido una tendencia creciente sólo interrumpida en 2009 por la gran recesión económica. Entre 1973 y 2015, la presencia del carbón en la producción mundial de energía primaria, aún aumentando, se ha mantenido bastante estable; 24,5%, en el primer año y 28,1%, en 2015. Su comportamiento ha sido muy diferente al del petróleo (que pasó de representar el 46,1% al 31,7%) y al gas natural (que ha aumentado del 16% en 1973 al 21,6% en 2015).

Como era de esperar, ninguno de los tres grandes consumidores de carbón del mundo se han sumado a esta alianza a la que tampoco se ha sumado España. Los tres principales consumidores son, por este orden, China, Estados Unidos y la India. Sólo China representa el 20,4% del consumo mundial de carbón. Además, el gigante asiático es el principal productor mundial de carbón, con el 44,5% de la producción total de 2016.

Pero ¿a qué se comprometen exactamente los 25 firmantes de la alianza? Esencialmente a dos cosas; a abandonar progresivamente el uso del carbón (parece que sólo en la generación eléctrica) y a establecer una moratoria que impida construir ninguna central térmica nueva que no cuente con sistemas de secuestro y almacenamiento del dióxido de carbono emitido. El horizonte de los compromisos, coincidiendo con el primero de los que menciona el Acuerdo de París, es el año 2030. Pero también, coincidiendo con el mismo acuerdo, no hay ningún mecanismo de sanción previsto para los firmantes no cumplidores, de manera que todo queda fiado a la buena voluntad de las partes.

Actualmente existen varios desarrollos tecnológicos en sistemas de secuestro y almacenamiento de carbono. En España ya funciona en la denominada Ciudad de la Energía de El Bierzo (León), una planta de captura de este gas de efecto invernadero. El proceso principal de captura de CO2 se basa en la oxicombustión (combustión del carbón utilizando oxígeno mezclado con gases de recirculación como comburente, en lugar de aire). Así se consigue obtener directamente una corriente concentrada de CO2 en los gases de escape y se evita la separación del nitrógeno introducido con el aire en la combustión convencional. La madurez de esta tecnología tiene aún que resolver algunas incógnitas.

Los firmantes de la alianza para el abandono del carbón se han emplazado para la reunión del año próximo (la COP24), en la ciudad polaca de Katowica. El hecho de ser Polonia el país de acogida no es una cuestión menor, a tenor de la importancia del carbón en ese país, ya que Polonia produjo carbón en 2015 en una cuantía de 53.867 kilotoneladas equivalentes de petróleo; el 35,5% del total de la Unión Europea y el 1,3% de la producción mundial.

Si finalmente España se adhiriese a esta Alianza, el impacto para Andalucía se centraría, principalmente, en el desmantelamiento progresivo de la Central Térmica de Carboneras (Almería), propiedad de ENEL-Endesa y con una potencia total instalada de 1.159 megavatios.

* Profesor de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Autónoma de Chile