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Sálvame es un reflejo de nuestra sociedad»

«Llevar una vida tan acelerada al final lleva a un gran vacío emocional»

Sálvame es un reflejo de nuestra sociedad»
Sálvame es un reflejo de nuestra sociedad»larazon

Cristina Soria: Periodista y coach. Su tercera entrega editorial ofrece recetas para no tener miedo a cambiar de vida.

Cada día hay un nuevo reto que nos animan a superar, pero casi nadie nos cuenta para qué estamos en este mundo. Tampoco se lo dicen los colaboradores del programas «Sálvame» y «Sálvame de luxe», donde desde hace cuatro años compatibiliza su trabajo con conferencias, charlas de motivación para profesionales y la escritura de libros como «Elige tu aventura», que acaba de editar con Espasa.

–¿Cuál es su próxima aventura?

–A nivel profesional es un curso que voy a comenzar a dar a un grupo de presos sobre la inteligencia emocional, que creo que va a ser muy emocionante. Además estoy muy volcada en temas de formación, en mi propia web y mi canal de Youtube.

–¿Se le puede sugerir a un preso que tome el control de su vida cuando tiene que comer, dormir, descansar o ducharse a la hora que le dictan?

–A ver, mi objetivo no es tanto decirles cómo tomar el control de su vida como trabajar el asunto de la toma de decisiones, cuáles son sus objetivos, en esa línea. Cuando trabajas con colectivos como ése no es tanto lo que les puedes enseñar sino la información que tú puedes recibir de ellos. Desde luego, es un colectivo que está privado de libertad pero que es consecuencia de una mala decisión en el pasado. Entonces hay que saber gestionarlo y saber por qué motivo está cada uno en ese sitio.

–¿Por qué hay tantos libros de autoayuda en este momento en las librerías?

–Creo que se necesita porque estamos en un momento que tiene una gran pérdida de valores pero que a la vez te exige una exigencia y una competitividad enorme. Creo que llevar la vida tan acelerada al final lo que hace es que produzca un gran vacío emocional. Por eso creo que es el momento en el que más libros de autoayuda se editan y se venden, pero creo que cuando eso sucede es porque la gente los necesita.

–¿Y en esa competición a dónde vamos?

–A un mundo en el que primen las tecnologías, que está muy bien, pero en el que se pierde el contacto personal. Llegas a un sitio y ves que cada uno está con su móvil y casi no hay conversación. Cuando es el cumpleaños de un amigo se solventa con mandar un mensaje y ya está, no se queda tanto como antes. Luego estamos en un mundo muy competitivo en el que se premia ser el mejor pero claro, eso tiene un coste.

–¿Los coach de hoy son los directores espirituales de ayer?

–No, porque nosotros no dirigimos a nadie, simplemente les acompañamos. Habrá funciones que se puedan hacer, pero nuestra labor es hacer preguntas a la persona que tiene al lado desde la objetividad y sin juzgar de forma que se vean los problemas desde distintos prismas. Cuando estoy con un cliente no quiero que vaya por el camino que yo quiera ir, sino que le acompañamos.

–O sea que no imponen penitencia.

–No, aquí cada uno hace lo que quiere y cómo quiere.

–En su libro dice que el destino está escrito.

–Sí, pienso que hay un destino final y la trayectoria que llevamos en cada caso es distinta. Creo que al final el destino está escrito.

¿Pero dónde?

–En ningún sitio, es sólo que lo sientas. En esto no hay nada que sea tangible, crees o no crees. Hace poco me decían que cada uno estamos aquí para una misión y piensas que hay algunas que tienen un peso y unas cargas tremendas. Sí pienso que cada uno tiene un destino final, pero el camino que llevemos cada uno lo elige.

–El destino final de cada uno lo tenemos más que claro.

–(Risas), me refiero al previo, un poquito antes. Pero creo que incluso ese final está destinado, cada uno tiene un final distinto y la final lo que hacemos es vivir el día a día, quemando etapas, pero eso no es más que una creencia mía que no puedo demostrar.

–¿El miedo es el principal freno para la felicidad?

–El miedo es capaz de paralizarnos para que no hagamos nada, pero también una emoción que siempre digo que es muy buena porque gracias a ella hemos sabido sobrevivir y huir cuando debíamos, pero debemos saber el valor que hay que darle en cada momento. También es importante la forma en la que lo expresas, porque hay mucha gente que siente miedo y lo que hace es convertirlo en un enfado.

–«Haz lo que temes y el miedo desaparecerá», dijo Krishnamurti.

–Eso es una terapia de shock, te meto en lo que te da miedo y veo como trabajas. Creo que hay gente que es capaz de hacer o de vivir ese miedo y otros que no pueden hacerlo. Al final, hay que ver qué información nos aporta, si nos está informando de que lo que hay que hacer y lo que no.

–Antes se buscaban a los gurús en la sabiduría oriental, ahora llega por los «youtubers», ¿qué le parece esta aparición de predicadores en la red?

–Creo que vamos evolucionando y ver qué nos aportan nuestros canales de Youtube y luego ponerte a meditar. Son dos cosas compatibles, al final las nuevas generaciones reciben información de manera distinta a la mía y manejan las redes sociales de manera distinta, pero eso no está reñido con buscar la serenidad cada día.

–¿Cómo se lleva trabajar por potenciar los mejores valores de las personas y participar en programas como «Sálvame»?

–Bueno, al final el programa representa muchos perfiles de nuestra sociedad. La gente se siente reflejada en los problemas de otros, de todas formas el desarrollo personal también se trabaja dentro del programa. Es completamente compatible.

–¿Cree que los españoles somos así?

– «Sálvame» es un reflejo de nuestra sociedad, en la temporada anterior se inició con el anuncio de una corrala porque todos criticamos, tenemos problemas con nuestros jefes, con nuestras parejas, pero allí está sobreexpuesto. El cotilleo en España es el número uno, pero no nos gusta reconocer que somos como ellos.

–Le hago una consulta como coach: ¿Por qué sólo soporto ver «Sálvame» 20 segundos como máximo?

–Bueno, supongo que porque no te interesará. Hay mucha gente que lo ve, que se siente acompañada, sobre todo mayores que están solos, se entretienen y les acompañan. Las cifras están ahí.