Castilla y León

Al menos cinco farmacias cierran al año a causa de la despoblación en Castilla y León

Los profesionales lamentan la falta de apoyo y afirman que no son los sustitutos del médico en los pueblos

La Razón
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Al menos cinco farmacias cierran al año a causa de la despoblación en los pueblos de Castilla y León. Así lo ponen de manifiesto los últimos datos, que marcan el 2015 como el año con más clausuras en el medio rural, con 11.

Estas cifras reflejan la delicada situación en la que se encuentran una de cada cuatro oficinas de farmacia en la Comunidad, con problemas económicos y sin viabilidad asegurada. Hasta tal punto, que la Comunidad es la que más boticas tiene con bajas ventas de España.

A 31 de diciembre de 2016, la Región contaba con 1.628 farmacias, una por cada 1.503 habitantes de media, la menor concentración de población por oficina de todo el país.

Además, mientras que la media nacional marca que por cada botica hay 2,3 farmaceúticos, en Castilla y León ninguna zona se acerca a esa cifra y Zamora y Ávila se quedan en 1,5.

Por provincias, las que más oficinas tienen en el medio rural son León (240), Salamanca (171), Zamora (134), Valladolid (124), Burgos (121), Ávila (109), Segovia (77), Palencia (57) y Soria (51).

De todas ellas, casi 300 se encuentran en situación de riesgo, la mayor parte de las mismas en Zamora y Soria.

Mayores solos

En el municipio zamorano de Ferreras de Abajo, con poco más de 500 habitantes, su farmaceútica, Laura Díaz, asegura que hay mucha gente mayor que vive sola y termina acudiendo a la botica para cualquier dolor, ya que el médico solo pasa consulta los lunes, miércoles y viernes, que es cuando más vende.

«Para los mayores que no pueden conducir es difícil desplazarse al centro de salud de guardia, por lo que buscan la solución en lo que tienen más cerca», se lamenta Díaz.

Otro caso es el de Mercedes Blanco, boticaria de Almajano (Soria), una localidad con 100 habitantes en invierno.

La llegada de su familia para instalarse indefenidamente en la localidad contribuyó a que la escuela no cerrara y a que los vecinos tuvieran un sitio al que acudir para comprar sus fármacos.

Blanco presta también servicio a otras 14 localidades de la zona. En el caso de Narros y Suellacabras solo quedan tres casas abiertas, todas con gente mayor. «Si el médico no me acerca sus recetas y yo no les llevo las medicinas a casa no podrían tomar los productos que necesitan», afirma.

Tanto ellas como la farmaceútica de Husillos (Valladolid) o la de Urdiales del Páramo (León), aseguran que las medidas adoptadas por el Gobierno han provocado una disminución de sus ingresos de más del 30 por ciento, «lo que, como siempre, afecta a los establecimientos más humildes».