Carnero agradece a los empresarios su esfuerzo y les anima a ganar mercados

El presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, estuvo ayer en la Feria Alimentaria de Barcelona respaldando con su presencia al medio centenar de empresas de la provincia presentes en la cita agroalimentaria por excelencia en España y en Europa. En su intervención, les agradeció su esfuerzo y dedicación, y animó a las firmas de Valladolid, en general, y a las agroalimentarias, en particular, a que salgan fuera a vender sus productos de calidad. «La internacionalización ya no es una opción, sino más bien una obligación si queremos ser más competitivos y abrir nuevos mercados, tanto nacionales como internacionales», destacaba el presidente de la Diputación. Carnero aseguraba que este cometido es una prioridad para la institución provincial y que en ello están trabajando cada día a través del denominado Plan Impulso que llevan a cabo en colaboración con la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid, «que tan buenos resultados está dando».

Igualmente, destacaba la importancia de que las empresas de la provincia estén presentes en certámenes como Alimentaria, que cumple este año cuarenta ediciones, tanto por que por esta feria pasarán más de 140.000 visitantes, 40.000 de ellos extranjeros procedentes de 70 países, o por las más de diez mil reuniones de negocio que se realizarán con la presencia de alrededor de 800 compradores de todo el mundo. «Tenemos que estar en sitios como éste», insistía.

La Diputación de Valladolid participa en Alimentaria con un doble objetivo. Por un lado, apoyar al medio centenar de empresas de nuestra provincia que están presentes y, por otro, sumar experiencias de cara al futuro cercano, ante la inminente puesta en marcha de la marca de calidad Alimentos de Valladolid. Carnero destacaba también la mezcla de tradición y modernidad de los productos agroalimentarios de calidad de la provincia, y ponía como ejemplo de innovación y buen hacer el trabajo realizado por sectores como el lácteo, el cárnico o el bodeguero así como la huerta de la provincia a la hora de transformar una magnífica materia prima en productos de «altísima calidad».