Castilla y León

Castilla y León invertirá 940 millones para reducir el consumo energético hasta 2020

También se pretende rebajar las emisiones de CO2 con la colaboración entre entes públicos y privados.

La Razón
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También se pretende rebajar las emisiones de CO2 con la colaboración entre entes públicos y privados.

La Estrategia de Eficiencia Energética, diseñada por la Consejería de Economía y Hacienda a través del Ente Regional de la Energía (EREN), contará con una batería de 79 medidas dirigidas a reducir en más del 30 por ciento el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en Castilla y León hasta el año 2020, objetivo que está 10 puntos por encima del marcado por la Unión Europea (UE).

La inversión estimada durante la ejecución del plan –que abierto desde ayer a la participación social en el portal de Gobierno Abierto coincidiendo con la celebración mañana del Día Mundial de la Eficiencia Energética– asciende a más de 940 millones de euros, de los que casi la tercera parte se financiarán con recursos públicos.

La Estrategia Europa 2020 para el crecimiento y el empleo define tres retos en el ámbito del clima y la energía: aumentar la eficiencia energética en el 20 por ciento respecto al año 1990; reducir en el 20 por ciento las emisiones de CO2 en el mismo horizonte temporal y generar al menos el 20 por ciento de la energía eléctrica a través de fuentes renovables.

El análisis de los datos de consumo real y su tendencia en el ámbito autonómico revela que Castilla y León cumplió las exigencias de la UE en 2013, ya que ese año el ahorro energético conseguido era ya del 20,89 por ciento en relación con los indicadores de 1990, informa en un comunicado la Junta.

Por este motivo, la nueva Estrategia de Eficiencia Energética de la Junta es más ambiciosa en sus objetivos y prevé rebajar el 32,45 por ciento el consumo –lo que en términos absolutos implica una minoración de 757,3 kilotoneladas equivalentes de petróleo (Ktep) de energía final– y el 30,24 por ciento las emisiones contaminantes en 2020 –dejar de emitir 2,5 toneladas de CO2–.

El documento elaborado por el EREN, que da continuidad a los Planes de Eficiencia Energética desarrollados en los periodos 2002-2007 y 2008-2012, se estructura en siete áreas: industria, edificación, transporte, servicios públicos-entidades locales, Administración autonómica, I+D+i y comunicación, difusión y formación.

La decena de iniciativas planteadas en torno al primer eje, la industria, se centra en fomentar las inversiones de eficiencia en los procesos, equipos e instalaciones de las compañías, así como en la diversificación de las fuentes empleadas en la producción a través de la convocatoria de distintas líneas de subvenciones.

El sector industrial es el tercero que más energía final consume, en concreto el 22 por ciento del total, por detrás del transporte (casi el 40 por ciento) y la edificación (28). El reto es conseguir que sea responsable de una tercera parte del ahorro estimado para 2020, de manera que reduzca el consumo en 253,5 Ktep.

La puesta en marcha de las 79 medidas contempladas en la Estrategia de Eficiencia Energética requerirá una inversión aproximada de 940,4 millones de euros hasta 2020. De esta cantidad, 642,1 millones serán aportados por el sector privado (el 68,3 por ciento del total), mientras los restantes 298,3 millones se sufragarán con recursos públicos, tanto de carácter autónomo, como estatales y europeos, con la cofinanciación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

El sector industrial absorberá el 37,9 por ciento del volumen global, seguido del sector de edificación, con el 37 por ciento. A más distancia, las mejoras en servicios públicos de las administraciones locales aglutinarán el 14,2 por ciento de los recursos; el transporte concentrará el 11,2 y la Administración autonómica, el 2,6 por ciento. Al capítulo de I+D+i se dirigirán el 0,3 por ciento de los fondos y, por último, al apartado de comunicación y difusión, el 0,1 por ciento.