Castilla y León

El nuevo autónomo en la Comunidad es inmigrante y de origen rumano o chino

Además, trabajan en el sector de la industria manufacturera, el transporte o la agricultura.

La Razón
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Además, trabajan en el sector de la industria manufacturera, el transporte o la agricultura.

Los nuevos emprendedores en Castilla y León son inmigrantes y en su mayoría tienen un origen rumano o chino y trabajan en los sectores de la industria manufacturera, el trasporte y almacenamiento y la agricultura.

Así se desprende del análisis efectuado por Ical, de los datos que proporciona el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, que constata que Castilla y León fue la Comunidad que más autónomos perdió en España en términos relativos durante 2016, un total de 1.840, con una merma del 0,9 por ciento, hasta los 199.953. Una sangría que protagonizaron con intensidad los ciudadanos nacionales, ya que cerraron el ejercicio con 193.658 trabajadores por cuenta propia, 1.963 menos, con una rebaja porcentual de un punto respecto a 2015. Por el contrario, los foráneos sumaron 124 efectivos, con un avance del dos por ciento.

El estudio constata que los autónomos foráneos estaban liderados por los 1.075 rumanos seguidos de cerca por los 1.067 chinos, y estos dos colectivos fueron los que más efectivos nuevos sumaron, el primero 72, y un alza del 7,2 por ciento; y el segundo, 59, que supone un crecimiento del 5,8 por ciento. Además, también crecieron los autónomos portugueses, en 24 personas, con un avance del 4,2 por ciento, hasta un total de 593. Los italianos (186), sumaron 16 trabajadores por cuenta propia; y los ingleses (151), 14.

En el extremo opuestos se situaron los búlgaros (625), que se redujeron en 26 trabajadores autónomos; los brasileños (152), que mermaron en 21; y los ecuatorianos (93), que bajaron en 18. Además, dejaron de cotizar seis marroquíes; cinco colombianos, tres dominicanos; dos polacos y un francés, hasta los 362, 152 150, 114 y 135 efectivos, respectivamente.

En cuanto a las actividades por las que se decantaron los nuevos trabajadores autónomos foráneos, los datos que facilita el departamento que dirige Fátima Báñez indican que la industria manufacturera, con 309 efectivos al cerrar el año pasado; el trasporte y almacenamiento, con 243; y la agricultura, la ganadería, caza, selvicultura y pesca, con 311, sumaron 43, 24 y 21 autónomos nuevos, respectivamente. Asimismo, las actividades administrativas y servicios auxiliares, ganaron 19, hasta un total de 166.

El sector con un mayor número de autónomos extranjeros en la Comunidad era a finales de 2016 con diferencia el del comercio, reparación de vehículos a motor y motocicletas, con 1.833 efectivos, que suponen un aumento en nueve respecto a 2015. Asimismo, la hostelería ocupaba a 1.174 autónomos foráneos, siete más que el año anterior. Por el contrario, el otro gran sector de empleo autónomo extranjeros, la construcción, ocupaba al cierre de 2016, a 1.096 personas, con una merma en 18 respecto a 2015. Otros sectores que también sumaron autónomos foráneos, fueron la educación, diez más; y las actividades profesionales científicas y técnicas, siete más, hasta los 237 y 169 trabajadores, en cada caso. El sector de la información y la comunicación cerró con 76 trabajadores.

«Cuando sales de tu país sin nada llevas el ADN emprendedor metido en vena». La frase es de la presidenta de la Asociación Trabajadores Autónomos de Castilla y León, Soraya Mayo, quien da la bienvenida a todos los inmigrantes que quieran abrir un negocio en una Comunidad, como Castilla y León, «despoblada y envejecida», que sigue encabezando la pérdida de autónomos en España, casi 2.000 el año pasado, todos ellos nacionales. Mayo destacó que los inmigrantes que llegan a España «ya se la están jugando desde que abandonan sus países y son emprendedores per se». Soraya Mayo resumió que abrir un negocio supone para estas personas «asentarse en nuestro país legalmente» y aunque asumió que Castilla y León no es una autonomía atractiva para la mayor parte de estas personas que optan por regiones de costa o más ricas, «no nos vendría nada mal atraer a estos emprendedores» en una autonomía con una enorme sangría de autónomos nacionales.