Ministerio de Defensa

Homenaje «a la que es y fue la mejor Infantería del mundo»

El Palacio Real de Valladolid, sede de la IV Subinspección General del Ejército de Tierra, acoge los Actos en Honor de este Arma

Momento del acto en honor a la Inmaculada Concepción en el Salón del Trono del Palacio Real de Valladolid
Momento del acto en honor a la Inmaculada Concepción en el Salón del Trono del Palacio Real de Valladolidlarazon

El Palacio Real de Valladolid, sede de la IV Subinspección General del Ejército de Tierra, acoge los Actos en Honor de este Arma.

El Palacio Real de Valladolid, sede de la IV Subinspección General del Ejército de Tierra, acogió un sencillo homenaje «a la que es y fue la mejor Infantería del mundo», coincidiendo con la celebración de la Virgen Inmaculada Concepción, patrona del Arma de Infantería de los Cuerpos Jurídico Militar, Intervención y Capellanes castrenses.

La jornada estuvo presidida por general de Brigada y jefe de la IV Subinspección General del Ejército de Tierra, Manuel Gorjón Recio. También tomó la palabra, en el Salón del Trono, coronel jefe de la Aalog 61, Antonio Bernal, quien destacó que la Infantería española «fue y es la mejor del mundo» y que desde el siglo XVI -cuando ocurrió «El milagro de Empel», «han cambiado los medios, las formas, los vehículos y hay más tecnología, pero la lucha es la misma, la del bien y el mal».

Asimismo, aseguró que «la Infantería es tratar de hacer bien lo que hay que hacer, sabiendo que puede salir mal. No es la masa, sino la compañía, es el deber y el honor».

Por este motivo el coronel Bernal pidió a la virgen que salvaguarde a todos aquellos componentes de la Infantería que se encuentran en misiones en Mali, Líbano, República Centroafricana, Afganistán e Iraq. Por último, recordó que todos los 8 de diciembre «hace mucho frío, pero no lo bastante como para frenar a la Infantería».

En la sesión militar tuvo mucho protagonismo «El milagro de Empel», que sucedió el 7 de diciembre de 1585. Según las crónicas de la época el Tercio del maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla, compuesta por unos 5.000 hombres, combatía en la isla de Bommel, en Países Bajos, bloqueada por completo por la escuadra holandesa. La situación era desesperada para los tercios españoles ya además del estrechamiento del cerco se sumaba la escasez de víveres y ropas secas. Tras rechazar una rendición honrosa, los holandeses recurrieron a la apertura de los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo.

Pronto no quedó más tierra firme que el monte de Empel, donde se refugiaron los soldados del Tercio. En ese momento un soldado cavó una trinchera y tropezó con un objeto de madera allí enterrado, una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción.

Anunciado el hallazgo, colocaron la virgen en un improvisado altar y Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose Inmaculada. Esa noche se desató un viento inusual y frío que heló las aguas del río Mosa. Los españoles, marchando sobre el hielo, atacaron por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del 8 de diciembre y obtuvieron la victoria. Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción es proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia.

En el acto también participaron representantes de la sociedad civil y política como el alcalde Óscar Puente; o el vicepresidente de las Cortes, Ramiro Ruiz Medrano, entre otros.