Castilla y León

La donación «a corazón parado» se extiende a los hospitales de la Región

El coordinador de trasplantes de Castilla y León asegura que, lo impensable hace 10 años, ahora salva vidas

La Razón
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El Hospital Universitario de Burgos fue el primero de Castilla y León en realizar una donación de órganos a corazón parado. Un método impensable hace apenas diez años y del que ya se han realizado alrededor de veinte donaciones en toda la Comunidad. Los dos únicos hospitales que llevan a cabo este sistema de donaciones son el HUBU y el Hospital Río Ortega de Valladolid, aunque el objetivo es extender el sistema a toda la Comunidad.

Así lo explicó, con motivo del congreso regional de Medicina Intensiva que se celebró en Burgos, el médico leonés Carlos Fernández Renedo, coordinador de trasplantes de Castilla y León, que recalcó la importante labor iniciada en 2013 en el complejo asistencial burgalés siendo el primer hospital de la Comunidad en llevar a cabo una donación de corazón en asistolia o a corazón parado.

Castilla y León ha experimentado en los últimos años un aumento tanto de donantes como de transplantes lo que colocan a la región como una de las autonomías más solidarias en la lista de donaciones. Así lo entiende Fernández Renedo que recordó que en el año 2103 «Castilla y León fue líder a nivel nacional en cuanto donantes por millón de población», al tiempo que valoró el aumento de donaciones que ha permitido mantener las listas de espera que hay en la actualidad tanto en transplantes renales, cardiaco y hepático.

En el último ejercicio se llevaron a cabo alrededor de 200 transplantes en los hospitales castellanos y leoneses. «Si valoramos la población que tiene Castilla y León es una cifra bastante importante, con un nivel medio que nos sitúa este año en la novena posición», agregó el facultativo.

De los 200 transplantes que se realizaron el pasado año tres se pudieron concretar gracias a donaciones a corazón parado. Es lo que en el argot médico se conoce como donación en asistolia y es la menos común, hasta la fecha.

«Normalmente las donaciones se producen por personas que han fallecido en lo que denominados muerte encefálica que son los que representan el 99 por ciento de las donaciones y luego está ese uno o dos por ciento de pacientes que se tratan, pero a los cuales se llega a un momento en el que se decide no hacer más por su vida porque son tratamientos inútiles», aseguró.

«Casi milagroso»

Es la familia del enfermo la que, previa recomendación de los facultativos, accede a la donación de los órganos de la persona que está a punto de fallecer.

Una vez que el corazón de esa persona deja de funcionar con una preservación de los órganos y una serie de actuaciones se permite una preservación, «casi milagrosa», que da lugar a una donación de órganos «perfectamente efectiva».

El resultado posterior es una vida o varias vidas salvadas. «A corazón parado los riñones tardan un poco más en trabajar pero acaban funcionando correctamente», aseveró el médico leonés, que calculó que en el último año se han realizado seis donaciones en asistolia, y unas veintes desde que se pusieran en marcha.

«Lo que buscamos ahora es extender este método de donación a toda la Comunidad mediante un programa de traslado del sistema mantenimiento de los órganos», concreta el facultativo.

El próximo paso apunta hacia las células madre y la ingeniería genética. Algo impensable en el año 2017 como lo era en el año 2000 poder transplantar con éxito los órganos de una persona fallecida por muerte no encefálica.

Por su parte, el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, apostó por incrementar el número de donantes y sus actos altruistas en Castilla y León, que cuenta con casi 43 donantes por cada 1.000 habitantes, por encima de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Destacó que el pasado año se contabilizaron 75.000 donantes activos en la Comunidad, con una media de 1,6 donaciones al año, unas cifras que en su opinión se pueden «mejorar».