Política

Exposición

Las Edades del Hombre reúne obras imprescindibles de la historia de España

La Reina Sofía, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera (ctro dcha), el cardenal Ricardo Blázquez (ctro izq) entre otras autoridades, escuchan las palabras del obispo de Ávila, Jesús García Burillo, durante la inauguración
La Reina Sofía, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera (ctro dcha), el cardenal Ricardo Blázquez (ctro izq) entre otras autoridades, escuchan las palabras del obispo de Ávila, Jesús García Burillo, durante la inauguraciónlarazon

Obras maestras, irrepetibles y en algunos casos imprescindibles para la comprensión de la historia de España, moderna y contemporánea, ha reunido Las Edades del Hombre en su vigésima exposición, dedicada a Teresa de Jesús y que ha inaugurado hoy la reina Sofía en Ávila y Alba de Tormes (Salamanca).

La "Gramática sobre la lengua castellana"(1492), de Antonio de Nebrija; un ejemplar de "La Celestina"(1541), de Fernando de Rojas; y una edición prínceps del "Lazarillo de Tormes"(1554) son algunos de los referentes literarios de la España del siglo XVI, el de la Contrarreforma, expuestos en Ávila.

Forman parte de las 206 piezas, procedentes de trece comunidades autónomas, que integran el relato iconográfico de "Teresa. Maestra de oración": 145 en Ávila (Convento de Nuestra Señora de Gracia, Capilla de Mosén Rubí e Iglesia de San Juan), que la Reina ha visitado por la mañana, y 61 en Alba de Tormes (Basílica de Santa Teresa), que ha contemplado a primera hora de esta tarde.

Una confirmación a Cristóbal Colón de las "Capitulaciones de Santa Fé"(1492), los papeles del proceso inquisitorial al que fue sometido fray Luis de León (1570-1577), la "Brevissima relacion de la destruycion de las Indias"(1552), de Bartolomé de las Casas, y un ejemplar del "Amadís de Gaula"(1580) figuran en el muestrario que ha admirado la Reina.

La han acompañado uno de los comisarios de la exposición, Juan Dobado; el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y el obispo de Ávila, Jesús García Burillo.

A muy escasa distancia de esos documentos, a modo de contraste, los primeros visitantes han contemplado una alpargata de cáñamo, un hábito austero y una capa pertenecientes a Santa Teresa de Jesús (1515-1582), cuya figura y obra vertebran esta edición extraordinaria con motivo del quinto centenario de su nacimiento, que se cumple el próximo sábado.

"No he visto mucho, pero lo que he visto ha merecido la pena. Han hecho un esfuerzo enorme, pero Santa Teresa se lo merece. Vale la pena, de verdad. Es una maravilla", ha declarado la reina a los periodistas a su salida de la Iglesia de San Juan, en medio de un aguacero, a ratos granizada y luego nieve, que no ha mermado el entusiasmo ciudadano, en especial un grupo de niños.

Archivos generales e históricos, universidades, academias, obispados y arzobispados, museos de bellas artes y de referencia estatal, catedrales e iglesias han cedido las piezas que serán exhibidas hasta el 10 de noviembre, en algunos casos inéditas al salir por vez primera de la clausuras carmelitanas.

Los orígenes de la Orden del Carmelo; el siglo de la Contrarreforma, como contexto político, social y religioso en el que vivió Teresa de Cepeda y Ahumada; y su obra fundacional (diecisiete conventos de carmelitas descalzas entre 1562 y 1582) son los tres primeros capítulos de este recorrido de cinco etapas, la última de ellas en Alba de Tormes, donde falleció la santa en 1582.

Deslumbran por la concentración, magnitud y calado artístico, las piezas alineadas en la Iglesia de San Juan, un duelo de pinturas y esculturas entre las escuelas castellana (Juan de Juni, Manuel Pereira y Gregorio Fernández) y la andaluza (Juan Martínez Montañés, Pedro de Mena y Francisco de Zurbarán).

Allí se reúnen también obras del Greco, Lucas Jordán, Claudio Coello, Francisco de Goya, Francisco Bayeu, Francisco Salzillo y Luis Salvador Carmona, entre otros.

En este templo, último eslabón del itinerario en Ávila antes de continuar en Alba de Tormes, se encuentra la pila bautismal de la madre reformadora (siglo XIII), la pieza más antigua de cuantas configuran esta edición extraordinaria.

"Hija de la Iglesia", título del capítulo que acoge la Basílica teresiana en Alba de Tormes hace referencia al final del camino cuando, después de sortear tantas dificultades incluido el cerco de la Inquisición por su linaje judeo-converso, la santa andariega exhaló un suspiro de liberación ("¡Por fin, hija de la Iglesia!").

Destaca en este punto un improvisado altar con los cuatro santos españoles que en 1622 fueron canonizados en Roma: Santa Teresa, San Isidro Labrador, San Francisco de Borja y San Ignacio de Loyola, más el italiano San Felipe Neri.

Todos los capítulos o estancias en que se divide la exposición están salpicados, a modo de hilo conductor, de reliquias, objetos personales y de culto que usaba la monja abulense, retratos suyos y representaciones de su vida espiritual además de imágenes personales de devoción como el Cristo de los Piojos o el de las Fundaciones.

Efe