Valladolid

Miles de moteros de todo el mundo toman Valladolid a ritmo de claxon

La 34º edición de «Pingüinos» renace con fuerza, tras dos años de parón, con mucha camaradería entre los asistentes y con un sentido homenaje a los compañeros fallecidos

Alrededor de 20.000 moteros inundaron las calles de Valladolid en el tradicional desfile de banderas de la concentración «Pingüinos», que llevaba sin realizarse dos años
Alrededor de 20.000 moteros inundaron las calles de Valladolid en el tradicional desfile de banderas de la concentración «Pingüinos», que llevaba sin realizarse dos añoslarazon

Más de 20.000 moteros volvieron a transitar por las calles de Valladolid a ritmo de gas y claxon en el tradicional desfile de banderas de la 34º concentración invernal de Pingüinos, que ha durado más de una hora y que regresó a la ciudad tras dos años de ausencia.

Más de 20.000 moteros volvieron a transitar por las calles de Valladolid a ritmo de gas y claxon en el tradicional desfile de banderas de la 34º concentración invernal de Pingüinos, que ha durado más de una hora y que regresó a la ciudad tras dos años de ausencia.

Una comitiva en formación y avituallada con insignias de todos los rincones del globo se ha desplazado desde la sede de la concentración en el municipio vallisoletano de Boecillo hasta la Plaza Colón y Acera Recoletos del centro de la ciudad, donde una multitud les esperaba para contemplar el espectáculo.

El desfile ha transcurrido aclamado por todos los curiosos, que han aguantado estoicos un clima que iba mejorando con el paso de las horas para ver la caravana multiracial, donde las potentes motocicletas de gran cilindrada, de ruido imponente, han compartido vía con las no tan fieras, pero igualmente admiradas y relucientes hermanas de menor potencia.

Desde Estados Unidos, Canadá o Brasil hasta la otra punta del globo como Australia o Japón, pasando por el continente europeo y africano, todos estos lugares han tenido hoy su representación en el desfile con los pendones con los colores nacionales que han ondeado a las espaldas de los moteros, sin olvidar la bandera local y la comunitaria de Castilla y León. Es el caso de William, quien ha cruzado todo el charco desde su Virginia natal, en EEUU, y se ha recorrido toda España a lomos de su Harley Davidson del 66, como aquella mítica canción de los Rebeldes, para acudir a una concentración motera «de gran prestigio internacional», tal y como ha asegurado.

No desde tan lejos ha llegado Manuel, un fijo de estas concentraciones, que salió de su Mataró (Barcelona) hace tres días para disfrutar del «fresco castellano y del buen ambiente de Pingüinos», una cita que tampoco se han querido perder Óscar y Verónica, una pareja de Valladolid a los que la concentración les pilla en casa.

También esta mañana los asistentes han podido disfrutar de una exhibición de los moteros Roca y Rivero, dos de «los mejores motoristas del panorama internacional», según han informado a Efe fuentes de la organización.

La cita para los aficionados a las dos ruedas continuaba por la tarde con el desfile de antorchas en recuerdo a los motoristas fallecidos, donde en esta edición, las motocicletas transcurrió, arropados por numeroso público, con sus llamas por el centro de la ciudad y no por el recinto de la acampada, como en ediciones anteriores.

La Plaza de Pingüinos, en las instalaciones de la Antigua Hípica, con sus bares con bebida y comida fue un ir y venir de motoristas y amantes del mundillo, que no quisieron perderse el vivir in situ esta cita que se cerró en la noche de ayer con el concierto de Celtas Cortos.

Hoy finalizará esta concentración con la entrega del Pingüino de Oro que este año recaerá en el piloto Héctor Barberá y se rendirá homenaje a Luis Salom, fallecido en las pistas el pasado año, y a «Chemari», que llegó a ser campeón de España de Motociclismo.