Literatura

Valladolid

Ramón García abre el apetito literario de los pequeños con «Juegos de niños»

El autor presenta su última obra en la librería Oletvm, de Valladolid, con ilustraciones de Susana Saura

Ramón García presenta su libro en la vallisoletana librería Oletvm junto a la ilustradora Susana Saura y Nuria Martín
Ramón García presenta su libro en la vallisoletana librería Oletvm junto a la ilustradora Susana Saura y Nuria Martínlarazon

Una vida dedicada a la literatura infantil, sin olvidar su faceta como biógrafo de Miguel Delibes. Ramón García Domínguez vuelve con una nueva obra: «Juegos de niños». «Una novelita», como el propio autor define y, en donde la Niña Zurda, protagonista de sus colaboraciones domingueras en El Norte de Castilla, debe esclarecer, con la compañía de sus amigos, el robo del cuadro de Pieter Brueghel -del mismo título que la novela-. Unas páginas donde el autor busca reivindicar la importancia del juego infantil.

«Mira, soy muy dado a proclamar su vigencia y más en estos tiempos que vivimos que parece que no hay espacio para ello. Cada vez son menos los padres que pasan tiempo con sus hijos y el niño requiere mucha atención», manifiesta a LA RAZÓN al presentar este cuento, con ilustraciones de Susana Saura, en la librería Oletvm de Valladolid.

Son numerosos los libros para niños que ha escrito Ramón García a lo largo de su dilatada trayectoria, desde aquel «La tortuga, el hipopótamo y el elefante», hasta este último, con una premisa fundamental, como él mismo confiesa: «Me gusta abrir el apetito de la lectura entre los más pequeños, ayudarles a disfrutar con un libro». Una obra, que incluso ha llegado a editarse en China, y que ha conseguido algunos de los galardores más prestigiosos, como el Premio Ala Delta por su novela «Renata toca el piano, estudia inglés y etcétera, etcétera, etcétera».

A todos ellos hay que añadir los numerosos estudios sobre el novelista vallisoletano Miguel Delibes, destacando su biografía que vio la luz en 2010.

«Yo hablo con los niños, me desplazo a los colegios incluso ahora, desde hace cinco o seis meses lo estoy haciendo a través de vídeo-conferencias, vía Skype, con escolares de Buenos Aires, para conocer sus gustos, sus intereses, cómo se expresan. Creo que cualquier escritor debe conectar con los lectores, pero con los niños la relación debe ser más fluida todavía», asevera.

«Escribir para niños es muy temerario, por que son muy listos y no te perdonan una. Si les gusta el libro son fervorosos contigo pero si no, te lo dicen. Expresan lo que han sentido y es muy de agradecer», confiesa Ramón García.

Una de las facetas en las que también se ha sumergido el escritor en su carrera es la de acercar clásicos a los niños para que en una vida ya más adolescente o adulta hacerles más fácil su acceso a la obra original en sí o en la historia de España. Así, ha publicado «Mi primer Cid», «Yo Jeromín», «Aventuras y desventuras de Alonsico Quijano» o «Para siempre, el cuaderno secreto de la niña Teresa de Jesús», o el más reciente «Yo, José Zorrilla».

Ramón García ha constatado, a lo largo de estos años, que existen niños muy lectores, pero advierte del problema que han traído consigo las nuevas tecnologías, y en especial los juegos, que resta tiempo para la lectura, «que supone un gran esfuerzo pero da un gran placer». Otro problema está cuando llegan a la adolescencia, «donde encuentran otros afanes y atractivos y dejan aparcada la lectura. Pero el niño que ha sido lector, vuelve a ellos. El sustrato y el veneno ha sido tan grande que vuelven a leer», afirma con una sonrisa.

Eso sí, a los más pequeños «hay que darles textos atractivos y personajes llamativos» y una de las técnicas que utiliza Ramón García y que atrae alos chavales es narrar en primera persona o poner el nombre de amigos a los protagonista de sus textos. «Es una pequeña licencia y que sirve para homenajearlos», confiesa.