Literatura

Literatura

10 años de Comanegra

La editorial independiente celebra una década en funcionamiento y anuncia que comenzará a publicar narrativa catalana

Las oficinas de Comanegra en la vieja fábrica Lehmann, en el Eixample barcelonés
Las oficinas de Comanegra en la vieja fábrica Lehmann, en el Eixample barcelonéslarazon

La editorial independiente celebra una década en funcionamiento y anuncia que comenzará a publicar narrativa catalana.

Hace diez años no parecía que fueran buenos tiempos para la lírica. La crisis estaba dejando una profunda huella en muchos sectores, especialmente en el cultural. Por eso, en 2007 pensar en crear una editorial podía parecer una locura. Sin embargo, en ese año un grupo de amigos, en una de sus tradicionales cenas de los miércoles, decidió dar un paso adelante y crear el sello Comanegra, lanzando cinco títulos al año. Con el tiempo, la editorial decidió profesionalizarse y publicar unos 60 títulos al año. Hoy, bajo la dirección de Joan Sala, e instalado en lo que fuera la fábrica Lehmann, Comanegra puede soplar las velas tras una década dedicada a los libros.

Joan Sala, en conversación con este diario, define su editorial como «una pequeña grande». Cuando se le pregunta si se puede vivir cómodamente siendo un sello de estas características, apunta que «sí, siempre que se tengan las ideas muy claras. Si no te apasiona el mundo del libro, lo tendrás mal para seguir en esto porque este es un trabajo que te exige ilusión. A las cinco personas que trabajamos en Comanegranos gustan los libros, a todos, ya sea en administración o en diseño. Provengo de otro sector que me aportaba más económicamente, pero no la satisfacción personal que me da ahora la editorial».

Ecléctico. Ese es el adjetivo que mejor puede definir el catálogo de un sello en el que pueden caber las miradas lúcidas en el mundo del arte de Arnau Puig o Vicenç Altaió a la sabiduría sobre Barcelona de Xavier Theros pasando por la recuperación de «La noria» de Luis Romero o un inteligente ensayo sobre la Llibreria Calders por sus propietarios. Eso hace difícil que se pueda trazar un perfil concreto del lector de Comanegra. «Se nos identifica por cuidar mucho el libro como objeto, desde el diseño a los materiales que utilizamos. Cuidamos mucho los textos y que se estén muy trabajados. Es decir, la imagen es de editorial ecléctica, pero que es fácil de identificar. La gente nos sitúa».

Cuando se le pregunta por las asignaturas pendientes de Comanegra, Joan Sala reconoce que «hasta ahora no nos sentíamos fuertes para sacar una línea potente de narrativa. Hemos sacado alguna cosa esporádicamente, pero en 2018 queremos aparecer con narrativa. Pensamos que estamos capacitados, hemos aprendido lo que necesitábamos para entrar en un terreno más difícil que el de la no ficción. La narrativa es un campo de minas. Cogeremos autores actuales catalanes, mezclando los muy conocidos con los nuevos pero de gran calidad». Serán siete títulos de una colección cerrada, pero de la que todavía no se quiere hacer pública la identidad de estos escritores. Otro proyecto en el que se trabaja actualmente es un libro sobre Josep Palau i Fabre y Picasso, de la mano de Pilar Parcerisas.

Es indudable que pesa mucho el espacio en el que está instalada la editorial, en pleno Eixample. La vieja fábrica que los acoge es «un lugar muy buscado y querido por nosotros. En 2010 no nos conocía nadie y queríamos ser una editorial de referencia, por lo que quería un local en el que poder acoger a la gente. Estamos en una ciudad que es a la vez grande y pequeña y cuando encontré este espacio pensé que era fantástico para exposiciones, presentaciones y formar parte del imaginario de la ciudad».