Caso Pujol

Alavedra y Prenafeta defienden a capa y espada la figura de Pujol

Ambos ex altos cargos de CiU evitan responder la mayoría de cuestiones de corrupción

La Razón
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El Parlament acogió ayer una nueva sesión de las comisiones por el fraude fiscal, en este caso por el presunto caso de corrupción conocido como Pretoria. El nuevo turno fue para el ex conseller de la Generalitat Macià Alavedra, y el ex secretario general de Presidencia Lluís Prenafeta, que no quisieron responder a casi ninguna relacionada con este caso de corrupción, pero en cambio defendieron a ultranza la gestión de Jordi Pujol al frente del Govern.

Alavedra fue el primero en comparecer, y anunció que no tenía la más mínima intención de responder las preguntas sobre el caso Pretoria, y que solo hablaría sobre su trayectoria política y empresarial. Así lo hizo durante buena parte de su intervención, en la que habló sobre ello,pero también sobre el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol.

Su opinión coincidió con la de Prenafeta. Ambos defendieron «con la mano el fuego» la gestión de Pujol al frente de la Generalitat durante 23 años. Alavedra, concretamente, dijo que cree «absolutamente» su versión de que el origen de su fortuna oculta es un legado de su padre, y negó que que tenga negocios con el primogénito de la familia, Jordi Pujol Ferrusola.

«Lapidación»

En su intervención, Prenafeta se mostró de acuerdo, y dijo que «he sido y seré amigo de Jordi Pujol, tengo un altísimo concepto de él, no se merece esta lapidación». Sin entrar a valorar el hecho de la fortuna oculta de los Pujol en el extranjero, el ex alto cargo del Govern anunció su «gran respeto y admiración» por la familia del ex president.

La comisión de fraude fiscal se convirtió de nuevo en una suerte de espectáculo mediático, con más exhibición que información, pese a que se trataba de una sesión importante. No fue la primera vez que los comparecientes se niegan a responder a preguntas que no les interesan formuladas por los respectivos grupos de la oposición.

Pese a que Alavedra dijo claramente en un primer momento que no tenía la intención de hablar ni de Pujol ni de Pretoria, finalmente si que respondió algunas preguntas sobre el presunto caso de corrupción. Concretamente, dijo que no hubo ningún tráfico de influencias, sino que «fue una intermediación pura y simple, porque no hablé con nadie».

Aseguró que se limitó a hacer un «negocio de intermediación entre dos privados, en el que no intervenía ninguna administración pública». «Me encontré con la sorpresa de que se vistió como una operación urbanística», dijo, además de asegurar que no tuvo contactos con los alcaldes de los municipios de las dos operaciones que se le atribuyen, en Badalona y Sant Andreu de Llavaneres.

Por su parte, el ex diputado socialista y constructor Luis García, alias «Luigi», el presunto cerebro del caso Pretoria, negó haber actuado como comisionista y, pese a admitir su relación de amistad con el ex alcalde de Santa Coloma de Gramenet, Bartomeu Muñoz, negó que le hiciera recomendaciones en asuntos urbanísticos.

En su intervención, García negó haber obtenido 32 millones de euros en comisiones por las distintas operaciones urbanísticas y que se embolsara personalmente ocho millones. Insistió en que «ni en la caja del Ayuntamiento de Santa Coloma ni en Gramepark ha faltado un solo euro».

Muñoz, en su intervención negó haber cobrado comisiones en el marco del caso Pretoria, en el que está imputado y que investiga una presunta trama de comisiones ilegales que afecta al consistorio que lideró Muñoz.

En su comparecencia en la comisión rechazó responder preguntas de los diputados sobre el caso, escudándose en que se está juzgando. «Para preservar mi derecho de defensa no haré declaración alguna ni contestaré en lo que hace referencia a la causa». Muñoz admitió una «amistad personal» de muchos años con Luís García.