Barcelona

Barcelona era del circo

Un libro repasa la historia de estos espectáculos por la capital catalana

Un espectáculo al alcance de todos. Una imagen del Circo Ringland instalando frente a la Sagrada Familia, durante las fiestas navideñas de 1978-1979. La imagen fue tomada por Josep Vinyes
Un espectáculo al alcance de todos. Una imagen del Circo Ringland instalando frente a la Sagrada Familia, durante las fiestas navideñas de 1978-1979. La imagen fue tomada por Josep Vinyeslarazon

Durante mucho tiempo fue una tradición que, a la par del inicio de las fiestas navideñas, el circo llegara a Barcelona como una de las actividades destacadas para los más pequeños. Un libro repasa ahora la relación de estos espectáculos con la ciudad. «La història del circ. Del segle XVIII a l’any 1979», publicado por Viena Edicions, es un riguroso trabajo de investigación firmado por Ramon Bech i Batlle , quien desde muy temprana edad empezó a recopilar todo tipo de materiales del mundo circense. Este interés por el tema lo ha convertido en el responsable del único centro de documentación sobre el circo existente en nuestro país.

El volumen, profundamente ilustrado con materiales inéditos o muy poco conocidos, nos permite conocer el paso por Barcelona de algunos de los nombres más importantes de la historia del circo, como Léotard, Mme. Saqui, Julius Seeth, Pinito del Oro, Enrico Castelli, Charlie Rivel o Joe Jackson, entre muchos otros.

Para conocer los primeros pasos del mundo del circo hay que remontarse al siglo XVIII, un momento en el que las representaciones teatrales disfrutaban de un estatus de provilegio en Barcelona, algo que no se consideraba igual para los montajes circenses. Las primeras compañías que llegan a la capital catalana se instalaron en el Teatre de la Santa Creu donde debutaron el 12 de febrero de 1722.

Estos espectáculos son el inicio de un fenómeno que siempre tendrá la fidelidad del público barcelonés en la plaza Cataluña con el Circo Ecuestre Barcelonés, en la calle Caspe con el Circo Ecuestre del Tívoli y en la ronda de Sant Pau con el Teatre Circ Olympia.

Hay presencias curiosas. Por ejemplo, en 1889 se ubicó, entre las calles Aribau y Muntaner, la compañía del mítico Buffalo Bill. Pese a que tuvo el respaldo del público, las cosas no le fueron muy bien al mítico héroe del Oeste. su llegada coincidió con una epidemia en la que se cree, aunque no está confirmado, murieron algunos indios de la compañía, posteriormente enterrados en el cementerio de la Santa Creu.

Entre las muchas compañías que se instalaron en terreno barcelonés vale la pena destacar el Circo Feijóo, fiel a la ciudad desde 1890 y hasta su desctrucción en un incendio en Vitoria en 1950. En 1957, la empresa Feijóo-castilla tenía cuatro circos ambulantes, uno de ellos el Circo Americano que se convirtió en el mayor espectáculo del mundo, con vestuarios lujosos y muy cuidados desfiles por la ciudad. Incluso llegó a tener el apoyo de críticos tan respetados como el inolvidable Sebastià Gasch y Salvador Dalí.

Y puestos a destacar un nombre entre los muchos de la documentada obra de Bech i Batlle, vale la pena resaltar al mítico Charlie rivel, estrella indiscutible del Festival Mundial del Circo. El payaso se mantuvo al pie del cañón hasta casi el final, compartiendo espectáculo con sus hijos, los Charlivels. Curiosamente a esta misma compañía se incorporó en 1971 Mary Santpere con gran éxito.