Arquitectura

Barcelona reta a la contaminación con 65 manzanas verdes verdes

La ciudad se propone ganar 1 metro cuadrado de verde por habitante, 165 hectáreas más para 2030

El Ayuntamiento de Barcelona construirá diez parques nuevos, abrirá diez interiores de manzana y hará diez plazas verdes
El Ayuntamiento de Barcelona construirá diez parques nuevos, abrirá diez interiores de manzana y hará diez plazas verdeslarazon

La ciudad se propone ganar 1 metro cuadrado de verde por habitante, 165 hectáreas más para 2030.

El Eixample, Gràcia y Poblenou tienen el aire más contaminado de Cataluña. Los niveles de dióxido de nitrógeno alcanzan los 52 microgramos por metro cuadrado, cuando lo recomendado por la Unión Europea es que no se superen los 40 mg. Barcelona ha declarado la guerra al coche, pero no es suficiente. Para mejorar la calidad del aire y cumplir con el Compromiso Ciudadano por el Clima, de aumentar un metro cuadrado de verde por habitante de aquí a 2030, desplegará 157 actuaciones con las que pretende ganar 165 hectáreas de verde en los próximos trece años, lo que equivale a 65 manzanas del Eixample.

La teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, y el concejal de Arquitectura, Dani Mòdol, explicaron ayer cómo lo harán. En los próximos dos años, la idea del Ayuntamiento de Barcelona es aumentar 44 hectáreas de verde. Hoy, un ciudadano de Barcelona cuenta con 6 metros cuadrados de espacio verde, pero la Unión Europea recomienda entre 15 y 20 metros cuadrados por habitante.

Lo más vistoso serán los cinco parques nuevos que construirá la ciudad: el parque de la Colonia Castells; el parque de la Canopia de Glòries, que el gobierno de Ada Colau asegura que no se verá perjudicado por el jaleo de la rescisión del contrato de obras; el parque de Mas Ravetllat; el de los cuarteles de Sant Andreu, y el parque central de la Marina del Prat Vermell.

También hay previstas diez plazas verdes, lo que supone un cambio de mentalidad respecto a la arquitectura de plazas duras de la ciudad olímpica y postolímpica, y diez interiores de manzana, que harían sonreír a Idelfons Cerdà.

Pero hay una serie de intervenciones más pequeñas que pasan más desapercibidas a la vista. Como plantar árboles y arbustos, crear embalses naturales o cubrir de verde paredes medianeras (esas de edificios que quedan a obra vista), muros y azoteas.

Para incentivar la creación de jardines en los terrados, se abrirá un concurso al que pueden presentatse tanto viviendas como edificios emblemáticos con un fuerte impacto paisajístico o que puedan generar una mejora de carácter colectivo. La convocatoria se abrirá este mismo mes de junio, una vez se haya publicado la aprobación de las bases del concurso. Primer se hará una selección de 50 propuestas, que contarán con una primera ayuda de 1.500 euros para la elaboración de trabajos técnicos. Y de la cincuentena de trabajos se escojerán 10 propuestas finalistas que recibirán una subvención de hasya el 75 por ciento del coste que puedan tener las actuaciones y estudios técnicos necesarios. Habrá un límite de 100.000 euros por cubierta. Con este concurso se quiere corresponsabilizar a los vecinos para conseguir el incremento de espacio verde.

Igual que en las azoteas de Nueva York se han instalado jardines y paneles para abejas, Barcelona también hará actuaciones para renaturalizar la ciudad y potenciar más espacios ecológicos en el que puedan interactuar las especies. Construirá ocho hoteles de insectos, nidos para pájaros, erizos y cajas para murciélagos.

Una infraestructura urbana más verde contribuye a mejorar la salud de los ciudadanos, a un envejecimiento activo, a mejorar la calidad de vida y la calidad del aire, a atenuar la contaminación acústica, regula la temperatura ambiente, retiene el carbono, y produce materia orgánica y alimentos gracias a los huertos.