Festivales de Música

Björk fascina por 3 en el Sónar

El festival arranca con la sublime obra de Daito Manabe y omnipresencia de la islandesa

Björk, que protagonizó la jornada inaugural del Sónar +D con su exposición en el CCCB, una charla en Sónar Complex y su faceta dj
Björk, que protagonizó la jornada inaugural del Sónar +D con su exposición en el CCCB, una charla en Sónar Complex y su faceta djlarazon

El festival arranca con la sublime obra de Daito Manabe y omnipresencia de la islandesa.

Björk fue la protagonista de la primera jornada del Sónar, dejando claro que la quieras o la odies es una artista única. En el Cccb presentó una exposición inmersiva, con la realidad virtual como protagonista, que te mete literalmente en su cabeza. «Es una ópera tecnológica», dijo ayer Rosa Ferré, jefa de exposiciones del centro, lo que es verdad por el melodrama, pero sería más como una sesión personal, sólo para ti, de un strip-tease emocional en que Björk te cantase en la oreja. El recorrido, de unos 90 minutos, arranca con las canciones de su último álbum, «Vulnicura», en las que describe su dolor tras su reciente divorcio.

A partir de aquí te ves inmerso en increíbles paisajes islandeses hasta ver a Bjork transformarse en libélula o salir de una especie de vagina. La impresión es tan delirante como hipnótica, acabando con coserle, con unos guantes especiales, literalmente sus heridas. «La experiencia es tan intensa, conmigo cantando en tu celebro, que me canso un poco de tanto yo yo yo y por eso prefiero pinchar la música de otros en las ciudades que presento la exposición», comentó ayer la cantante.

Y eso hizo también ayer, pinchar en el Sónar, inaugurando el apartado musical del festival. Antes tuvo tiempo para dar una conferencia centrada, sobre todo, en su faceta de Dj. «Es algo que hago desde pequeña. En Islandia, cuando vas a un bar y la música no te gusta, te levantas y la cambias. Así empecé. Luego, crear tu propia música puede ser tan claustrofóbico que siempre va bien desfogarse con la música de otros», dijo. Apareció con un atuendo que la hacía parecer Mickey Mouse disfrazado de la Reina Isabel de Inglaterra, todo muy kitch, muy Björk.

La islandesa tuvo tiempo de reivindicar su feminismo. «Nadie parece querer hablar de que yo hago todos los arreglos de mis canciones, lo que me parece algo sexista. Si fuera un hombre lo destacarían más. Por ejemplo, nunca ves fotos de Missy Elliot o M.I.A. en su tabla de mezclas», dijo con toda la razón del mundo.

Y entonces empezó su set, cuatro horas que empezaron muy tranquilas, oculta tras una selva tropical, con sombrero de paja incluído, con momentos abstractos, de clásica a músicas del mundo, ideal para hacer la digestión del gazpacho, tortilla de patata y paella que ofreció la organización a los asistentes. Al final llegó la fiesta y la celebración, pero costó. Tres Björks diferentes para enamorarse tres veces más de esta heterodoxa artista.

La mañana sirvió también para presentar la instalación de SonarPlanta, «Phosphere», de Daito Manabe. Consigue algo inaudito, el sueño de Peter Pan, que la sombra de uno se desligue del cuerpo y vague libre y feliz, bailando a su propio ritmo. La instalación funciona de la siguiente manera, una serie de focos persiguen unas bolas que atraen la luz creando la ilusión de imagen propia. El público la manipula a su antojo, creando un movimiento que se puede grabar y reproducir de nuevo sin necesidad del cuerpo que las ha articulado al principio. Así, si una bailarina graba sus movimientos en la luz, luego se reproducirá sola, lo que creará la sensación de una sombra lumínica autónoma, como ver por primera vez un fantasma real. Si los indígenas del lago Kubututu creen que les roban el alma con una foto, con esto de cagarían en los pantalones.

Aunque es una instalación interactiva, que nadie se engañe, lo mejor es mirar a los artistas interpretar el aparato más que jugar con él. Ahi están las tres bailarinas de ElevenPlay, que cada día a las dos, a las cinco y a las 19.30 horas realizarán su exhibición. A partir de aquí jugar puede ser divertido. «Quería que la gente experimentase la realidad aumentada sin necesidad de engorrosas gafas, sólo con su propio cuerpo y cómo interactúa con la luz. El público seguro que me enseñará muchas cosas con esta instalación pues sus posibilidades son infinitas», dijo Manabe, que también actuará estos días junto a Nosaj Thing, lo que tampoco habrá que perderse.