Refugiados

Carmena y Colau, juntas en el Vaticano a favor de los refugiados

Los alcaldes de Zaragoza, Pedro Santisteve (i), y de Valencia, Joan Ribo (d), junto a las alcaldesas de Madrid, Manuela Carmena (2i) y Barcelona, Ana Colau, posan en la plaza de San Pedro del Vaticano
Los alcaldes de Zaragoza, Pedro Santisteve (i), y de Valencia, Joan Ribo (d), junto a las alcaldesas de Madrid, Manuela Carmena (2i) y Barcelona, Ana Colau, posan en la plaza de San Pedro del Vaticanolarazon

Manuela Carmena y Ada Colau se dejaron ver ayer en el Vaticano junto a otros 70 alcaldes de ciudades europeas convocados para hablar de la crisis de los refugiados y proponer soluciones. El encuentro ha sido organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias bajo el título “Europa: Los refugiados son nuestros hermanos”, y contará hoy con la presencia del Papa Francisco, quien les dedicará algunas palabras.

Acompañando a las alcaldesas de Madrid y Barcelona estuvieron también sus homólogos de Valencia, Juan Ribó, de Zaragoza, Pedro Santisteve y de Málaga, Francisco de la Torre.

Tanto Colau como Carmena, que fueron las primeras en intervenir durante 15 minutos, exigieron el fin de la actitud pasiva del gobierno español en lo que respecta a la acogida de refugiados y al trato que se les dispensa a los inmigrantes, aunque sobre todo hablaron con dureza de las políticas desarrolladas por la Unión Europea y su inacción a este respecto.

En opinión de Carmena, la normativa acerca de refugiados e inmigrantes, “es un auténtico desastre”. En el discurso que ofreció con el título “La desventurada regulación legal de los inmigrantes”, destacó que las leyes en esta materia “causan pesar, dolor, inconvenientes y gastos inútiles y absurdos”. Por ello, “el poder local quiere aportar lo máximo que pueda” y una posibilidad es “el derecho histórico del empadronamiento”. Criticó además que exista “más inversión en muros” que en soluciones concretas y recordó que “el mar Mediterráneo, que es un mar europeo, hoy es un cementerio” por la cantidad que inmigrantes que mueren por buscar una vida mejor.

La regidora madrileña se mostró convencida de que “los poderes locales estamos dando un paso adelante buscando estructuras para facilitar y ensanchar el empadronamiento y que hagan posible acabar con algo tremendo a lo que lleva esa incapacidad, a la muerte civil de infinidad de personas”. A continuación, una medida estrella que pondrá en marcha el Ayuntamiento de Madrid en poco tiempo. Se trata de una tarjeta de regularización y reconocimiento de inmigrantes similar a la que puso en marcha el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en 2014 y que, en su opinión, servirá para dar asistencia a todos ellos al menos en sus necesidades básicas.

Durante su intervención, Carmena pidió también “empoderar al poder local” con el fin de lograr que los inmigrantes tengan “una completa, una familia y un trabajo con ingresos”. En su opinión, es “absolutamente imprescindible” que los alcaldes que “quieran terminar de consolidar esta realidad” estén en permanente contacto.

Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, denunció que se están despertando “nuevas formas de fascismo que amenazan la misma idea de Europa”. “Europa ahora mismo se encuentra ante una encrucijada. O acogemos a las personas solicitantes de refugio, o acogemos el racismo”, afirmó en su intervención y también después a la prensa en los alrededores de la plaza de San Pedro.

“Es lo uno o lo otro” porque “está en juego la preservación de nuestro legado civilizador, el proyecto de una UE como antídoto a los totalitarismos”, explicó. Colau señaló que “Europa nació para decir 'nunca más al horror de la guerra, de la violencia y de la deshumanización'” y es ahora cuando se “debe ser coherente con esos principios”.

Colau exigió también que las ciudades tengan la capacidad de conceder permisos para que los inmigrantes “puedan ser tratados como ciudadanos, puedan trabajar, pagar impuestos y se les pueda exigir como al resto de ciudadanos”. Sin embargo, en su opinión parece poco posible porque los estados europeos, movidos por “su afán por blindarse, han renunciado a la obligación de la asistencia” y sucumbido ante una “fría insolidaridad y desprecio ante la vida, el sufrimiento y la muerte”.

Para dar un giro a esta situación, emplazó a desarrollar “una nueva gobernanza que sitúe en el centro a las ciudades” con la que se impulsen “vías seguras para que la gente no muera intentando llegar a nuestro territorio”, y a dotar de “más recursos” a las ciudades.