Cataluña

Cataluña vista por la CIA

LA RAZÓN publica algunos de los documentos relacionados con políticos catalanes y desclasificados recientemente por la Agencia Central de Inteligencia

La mítica imagen de Josep Tarradellas en el día de su regreso a Cataluña
La mítica imagen de Josep Tarradellas en el día de su regreso a Cataluñalarazon

LA RAZÓN publica algunos de los documentos relacionados con políticos catalanes y desclasificados recientemente por la Agencia Central de Inteligencia.

Desde hace algún tiempo, la Agencia Central de Inteligencia, es decir, la CIA, desclasifica con cierta regularidad numerosos documentos procedentes de sus archivos clasificados. Su consulta hoy nos permite constatar qué es lo que ha interesado a la Agencia en general, pero también a los ocupantes de la Casa Blanca y a sus respectivos secretarios de Estado en lo relacionado con política exterior. Algunos de esos documentos están relacionados con episodios y personalidades de la vida política de Cataluña, hecho que nos permite trazar un retrato de lo que la CIA ha sabido sobre nosotros. Pese a que una pequeña parte de estos expedientes confidenciales siguen aún censurados, sí permanece libre buena parte de los datos que el gran público no ha podido leer, al menos hasta ahora.

Posición del Ejército

La CIA inició oficialmente su andadura el 18 de septiembre de 1947, pero unos meses antes, el 14 de marzo ya se redactaba un informe con la clasificación «Confidencial», relacionado con la localización de las unidades militares españolas en Cataluña. En este sentido, se apunta que unidades de la 41 División, comandadas por el general Manuel Coco Rodríguez, se encuentran estacionadas en la frontera con los Pirineos, concretamente entre Portbou y Puigcerdà. El documento detalla, por ejemplo, los batallones situados en Agullana, Figueres, Massanet o La Jonquera, entre otras poblaciones. Más adelante, en una nota, el documento señala que probablemente el informador se equivocó y no se refería a la 41 División sino a la 42.

Mucho más interesante es un expediente del 4 de noviembre de 1947, un informe de Inteligencia, que avisa de «posible acuerdo entre los catalanes de dentro y fuera de España». La CIA apunta que el 11 de septiembre «entre miembros de la organización de exiliados catalanes Solidaridad Catalana y representantes del Consell Nacional de la Democràcia Catalana. [Censurado] un acuerdo se habría alcanzado entre los dos grupos». El informador secreto apunta que antes de la reunión, «el secretario general de Esquerra Republicana de Catalunya, Josep Tarradellas» se había reunido con el delegado de la CNT en el Consell quien habría insistido de la importancia del sindicato anarquista en el futuro político de Cataluña. «Tarradellas, que en un principio se opuso a la admisión de la CNT como partido[sic] en el acuerdo, al final cambió su posición y estuvo de acuerdo con la inclusión de los cenetistas. Esto presentó ante Esquerra un serio problema porque se ha mostrado opuesta a la inclusión de la CNT. Fue la opinión de otro partido líder catalán que Esquerra estaba cometiendo un error al no tomar ventaja por la oportunidad presentada por la CNT catalana de disolver la única entidad “española” entre las fuerzas antifranquistas en Cataluña», dice el expediente.

En el mismo documento se señala que un día después de la reunión, ya se conocía los detalles del acuerdo. Entre ellos destacaba que «el President Irla sería reconocido como el presidente legal de Cataluña». En otro punto se asegura, siempre según la CIA, que el «President Irla delegará funciones y acciones políticas en dos delegaciones –una dentro de Cataluña y otra en el extranjero– y nombrará a sus respectivos presidentes. Las delegaciones funcionarán de manera separada, pero en completo acuerdo la una con la otra. El nuevo Consejo tendrá un nuevo nombre que todavía no ha sido elegido».

El mismo documento añade que parece muy difícil saber quién será el presidente de la delegación en el exilio, aunque se han mencionado como posibles candidatos a Josep Tarradellas y a Carles Pi i Sunyer. Lo único que está claro, a ojos a de la agencia estadounidense, es que la responsabilidad recaerá en alguien de Esquerra. En los papeles se dice que el 6 de octubre, los delegados del Consell todavía estaban en Francia y habían intentado alcanzar un acuerdo con Solidaritat Catalana mientras se esperaba la llegada de Pi i Sunyer desde Londres.

Los delegados del Consell estaban optimistas con la actitud de Pi i Sunyer. Pensaban que no podría ninguna objeción a un acuerdo que se había logrado verbalmente, según el informe, aunque reconocían que el político y los catalanes que habían permanecido en la España franquista no veían con buenos ojos algunos puntos de la reunión de fuerzas de la oposición del 11 de septiembre. «Fue Tarradellas quien estableció la posición que fue seguida por Esquerra (...) El cambio de actitud de Tarradellas a favor de una comprensión con el Consell» dejó a Pi i Sunyer en lo se subraya como «una posición torpe».

El mismo expediente, que permite sugerir la posibilidad de que alguien de la CIA estuviera infiltrado entre las fuerzas catalanas opositoras a Franco, marca que Tarradellas no estaba de acuerdo con el plan del republicano Indalecio Prieto y que, desde su punto de vista,se podría acabando favoreciendo a los partidos monárquicos e, incluso, al propio régimen de Franco. Tarradellas, concluye la CIA, pese a todo esto, «no tiene intención de cortar su personal amistad con el líder socialista». El presidente de Estados Unidos era en esos días Harry Truman.