Colau anuncia que participará el 1-O sin concretar el sentido de su voto

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha afirmado que votará en el referéndum del 1 de octubre porque considera importante movilizarse ese día.

Con el referéndum como telón de fondo, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la alcaldesa a hecho virtud de la ambigüedad hasta desesperar a unos y otros. A estas alturas de la película, la alcaldesa ha hecho de la táctica del palo y la zanahoria un arte. Dará facilidades para celebrar la consulta pero no pondrá en riesgo a los funcionarios municipales mientras sugiere a la Generalitat que utilice sus propios colegios en la ciudad. Y ayer, una nueva vuelta de tuerca, Colau señaló que se inclina por participar el la consulta como ya hiciera el 9N.

Así las cosas, la alcaldesa mostró su «predisposición a participar» en el referéndum del 1 de octubre «ante el bloqueo del Estado y la respuesta autoritaria –señaló-, hay que salir a la calle y participar». No obstante, la alcaldesa no quiso concretar el sentido de su voto. «Eso ya lo veremos», sentenció. Colau, en su juego habitual, apuntó que el 1-O «no es el referéndum que necesitamos» y afirmó que desde Cataluña no se están haciendo bien las cosas.

Colau reiteró que el gobierno municipal hará «todo lo que pueda» para que el 1-O se pueda votar en Barcelona, preservando la institución y los funcionarios. La alcaldesa explicó que se está trabajando con la Generalitat para que se pueda facilitar la participación en el referéndum. Sobre las críticas a su indefinición, Colau subrayó que «no se puede confundir la desobediencia civil con la institucional».

Sobre el relevo al frente del Consorcio de Educación de Barcelona, en el que la consellera de Enseñanza, Clara Ponsatí, ha asumido el mando en sustitución del hasta ahora presidente, Lluís Baulenas, Colau reveló que la consellera le comunicó el cambio el martes y que se limitó a decir que era por «motivos obvios».

Sobre su futuro, Colau apuntó que se imagina volviéndose a presentar como candidata a la alcaldía. Admitió que el coste personal del cargo es elevado, pero que es un privilegio estar «en la primera línea» de la ciudad.