Barcelona

Degustar sabores exóticos en un entorno estilo cabaret

El Mama y La Papa apuesta por una experiencia basada en una cocina de calidad amenizada por shows variados

El restaurante invita a los comensales a una experiencia múltiple, algo que seguro recordarán como anécdota mucho más allá de la comida.
El restaurante invita a los comensales a una experiencia múltiple, algo que seguro recordarán como anécdota mucho más allá de la comida.larazon

En una ciudad como Barcelona, en el que la oferta gastronómica es de un altísmo nivel y muy variada, el comensal busca cada vez más experiencias únicas, que son al final las que diferencian una propuesta de otra.

En una ciudad como Barcelona, en el que la oferta gastronómica es de un altísmo nivel y muy variada, el comensal busca cada vez más experiencias únicas, que son al final las que diferencian una propuesta de otra. En este contexto, hace menos de medio año, Joan Soler, propietario también de otros establecimientos como el Boca Grande, el Boca Chica, el Puerto Chico o Fishop, inauguró junto a tres socios más El Mama y La Papa. un restaurante en el que su propuesta de cocina de calidad se complementa con dosis de entretenimiento en directo.

En los fogones, la propuesta se centra en una cocina internacional, donde el comensal puede completar una vuelta al mundo gastronómica a través de bocados de recetas y platos típcios de países de todo el globo, como Perú, México, Estados Unidos, algunos asiáticos y otros europeos. Y se trata siempre de platos elaborados con un producto de temporada, de proximidad y de altísima clalidad. «Es una cocina en la que el producto es protagonista y por ello la carta cambia continuamente para adaptarse a la temporalidad, así que aquí mimamos y cuidamos muy bien la mteria prima», assegura Pedro Silva, jefe de cocina, quien además apunta que «se trata de una cocina de cocciones perfectas, con salsas muy bien hechas».

Con su propuesta, El Mama y La Papa ha acuñado el concepto de «tapas largas», que pretende definir lo que estaría entre una tapa y una ración, y que fomenta el acto de compartir varios platos diferentes para hacer bocado antes de degustar el plato principal, ya sea pescado o carne a la brasa, cocinado en el Josper. Y para culminar la experiencia, una postre de elaboración casera. El fin de semana, además, el restaruante complementa su oferta con su ‘brunchmut’, con el que pretende ofrecer lo mejor del brunch y el vermut.

Pero este establecimiento es mucho más que un restaurante y es que en él, el acto de comer es amenizado por continuados y variados shows que se van sucediendo desde las 21 horas hasta la medianoche, momento en el que El Mama, el espacio más diurno del local, cede el protagonismo a El Papa para poner de manifiesto su cara más canalla y desenfadada, con música, pista de baile y su barra de cócteles. «Es como un cabaret-restaurante, ya que mientras el comensal come, van pasando cosas pero en ningún caso se trata de asistir a un espectáculo durante el cual el público pica algo para comer», explica el propietario Joan Soler. Una coreografía música en directo, un trapecista, trucos de magia, gags de humor..., «se trata de shows que amenizan la cena y que a la vez singularizan el restaurante», señala el dueño, quien hace hincapié en que la estructura y las características del local invitan a ello.

Y es que el edificio era una antigua fábrica de anchoas de manera que se trata de un espacio muy amplio, con techos altos que permiten crear varios niveles y acondicionar espacios diferenciados. «Recuerda a una local industrial de estilo neoyorkino, en el que hemos apostado por una estética muy cuidada, con mobiliario noble y de calidad», explica Soler. Así, en la zona de El Mama, más diurna y tranquila, las mesas altas y con taburete así como las bajas con butacas se estructuran al rededor de una barra de forma rectangular en la que el comensal puede comer, pero también valorar el producto expuesto así como observar el proceso de elaboración de los entrantes. A la misma altura se encuentra la barra de coctelería y la pista de baile. Desde la alto, una pasarela atraviesa el local de lado a lado, uniendo sus dos altillos, uno ideal para acoger grupos gracias a su largo sofá, mientras que el otro acoge el ‘Secret Bar’, oculto tras unas cortinas, en cuyas mesas tanto se puede degustar un cóctel como cenar. Un tercer nivel, a media altura, ofrece una acogedor espacio con sofás desde el que el comensal puede contemplar la sala al completo.

Además, la previsión es poder abrir en breve una terraza exterior en el tranquilo pasaje en el que se encuentra ubicado.