Danza

El baile místico de María Pagés

La bailaora y coreógrafa presenta en el Mercat de les Flors el solo de búsqueda espiritual «Óyeme con los ojos».

María Pagés se presenta en el escenario con total crudeza.
María Pagés se presenta en el escenario con total crudeza.larazon

La bailaora y coreógrafa presenta en el Mercat de les Flors el solo de búsqueda espiritual «Óyeme con los ojos».

«Óyeme con los ojos, ya que están tan distantes los oídos, y de ausentes enojos, en ecos de mi pluma mis gemidos; y ya que a tí no llega mi voz ruda, óyemo sordo, porque me quedo muda», escribía Sor Juana Inés de la Cruz en el siglo XVII, en sus poemas barrocos de aliento amoroso. De este poema surge el último montaje de la coreógrafa y bailaora María Pagés, precisamente «Óyeme con los ojos», en la que Pagés desnuda su alma y crea un solo solemne y abrumador sobre el amor espiritual y l a comunicación con la esencia.

El amor en su vertiente más profunda y su proyección a través de la danza, ese es el eje en que se mueve una coreografía en la que Pagés está sola, con seis músicos sobre el escenario, con una puesta en escena minimalista en que, encerrada en un cuadrado, . «Tenía una necesidad de recogimiento, y era un reto intentar describir a través de los sentidos y del cuerpo, todo lo espiritual y místico que tenemos en nosotros mismos», comentó ayer la coreógrafa.

Después de grandes montajes como «Yo, Carmen», Pagés ha decidido crear un espectáculo íntimo, de exploración interior, que invoca a la trascendencia y hace cómplices a los espectadores de esta búsqueda de amor y belleza. ««Mi trabajo tiene un eje contínuo. Cada nueva coreografía surge de la anterior y aquí cojo el testigo de muchas ideas en «Yo, Carmen», pero desde un punto de vista totalmente diferente.

La poesía espiritual es la banda sonora del montaje, desde poemas de Fray Luis de Leon a San Juan de la Cruz, Rabindranah Tagore, José Agustín Goytisolo, Mario Benedetti, Rubén Lavaniegos y los místicos sufíes. A veces bajo el embrujo flamenco de los cantaores, otras recitadas con solemnidad, las palabras son aquí las que mueven el cuerpo de Pagés. «Tengo 53 años y esta coreografía ha supuesto un reto con mi propio cuerpo, hasta dónde puede llegar. Lo que manda en el flamenco es la emoción y aquí está más concentrado que nunca», dije la coreógrafa.

La música también es muy importante en el montaje, con una formación encabezada por dos cantaores, un chelo, una percusión, un violín y una guitarra, que fusiona flamenco con clasicismo en un diálogo muy enriquecedor. «La importancia de la música es tan grande que el espectáculo se podría llamar “Mírame con los oídos”. La potencia de la música es abrumadora.

Simbolismo místico

Después del su estreno en Temporada Alta hace dos años, sólo ha vuelto a interpretar la pieza en dos ocasiones. Reconoce que la gracia de este montaje es que genera espacio para la improvisación y que no deja de crecer y perfeccionarse. «Antes era más rígida, creía que todo tenía que hacerse según lo planteado en un inicio. Sin embargo, con el tiempo me he dado cuenta que lo mejor de nuestro trabajo es que podemos mejorarlo siempre. Los pintores nos envidian porque una vez cuelgan el cuadro, ya no se puede retocar la pieza», afirmó Pagés.

La dramaturgia del montaje es de su propio marido y habitual colaborador, El Arbi El Harti, que ha seleccionado los textos y ha dado orden a los temas junto a Pagés. «Este trabajo te absorbe las 24 horas del día y, aunque discutimos mucho, nos entendemos muy bien. Consigue que me haga propias y las exprese a mi manera sus ideas», asegura la bailaora.

Dónde: Mercat de les Flors. Sala MAC.

Cuándo: Del 29 de octubre al 6 de noviembre.

Cuánto: 28 euros.