Artur Mas

El Govern cede a la CUP y ya estudia el referéndum unilateral

Se abre a que los presupuestos de 2017 incluyan una partida para financiar el coste de la votación para consumar la independencia.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (d), y el vicepresidente, Oriol Junqueras (i), durante la reunión de cada martes del Govern catalán.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont (d), y el vicepresidente, Oriol Junqueras (i), durante la reunión de cada martes del Govern catalán.larazon

Se abre a que los presupuestos de 2017 incluyan una partida para financiar el coste de la votación para consumar la independencia.

La CUP ya demostró su capacidad de influir en la política catalana apartando del cargo de presidente de la Generalitat a Artur Mas. Carles Puigdemont, en cambio, podría mantenerlo –al menos durante unos meses– aunque va camino de pagar un precio que no contemplaba: el de convocar un referéndum unilateral de independencia (RUI). Después de varias semanas de ambigüedades y reticencias para impulsar este mecanismo, el Govern se abrió ayer a incluir una partida en los presupuestos para financiar los costes de la organización de estavotación, condenada a acabar en el Tribunal Constitucional (TC) en el caso de que se convoque.

Fue el secretario de Economía de la Generalitat, Pere Aragonés (ERC), un dirigente de la máxima confianza del vicepresidente Oriol Junqueras, quien dio el paso en esta dirección. «Si hay que poner una partida presupuestaria para el referéndum unilateral de independencia, lo haremos», dijo en una entrevista en Rac1.

Los dirigentes de ERC nunca se han mostrado contrarios a la celebración de un RUI, mientras que los del Partit Demòcrata Català (PDC) –la nueva Convergència– han expresado en múltiples ocasiones sus suspicacias por «los riesgos» que entraña esta operación política. Sin embargo, su coordinadora general, Marta Pascal, evitó corregir a Aragonés y también contempló la posibilidad del RUI. «Siempre hemos dicho que el referéndum uniltareal es una oportunidad, es una opción abierta y que hemos de contemplar y hablar, y por tanto, no es una mala idea contemplarlo en los presupuestos», afirmó desde la Universitat Catalana d’Estiu, en Prada de Conflent (Francia).

Las palabras de Pascal se producen sólo 24 horas después de que la misma dirigente exigiera a la CUP que no use el RUI como «mecanismo de presión» en las conversaciones para garantizar que Puigdemont supere la cuestión de confianza del próximo 28 de septiembre.

Pero lo cierto es que el Govern de Puigdemont no tiene muchas más opciones sobre la mesa si quiere prolongar la legislatura y conseguir que se aprueben los presupuestos de 2017.

La CUP ya dejó al Govern de Junts pel Sí en la estacada el pasado mes de junio, cuando tumbó el proyecto de presupuestos de 2016. Este rechazo obligó a Puigdemont a anunciar una cuestión de confianza. Insiste su entorno en que no piensa cerrar un acuerdo con la CUP para superar este trance, pero en realidad no tiene más remedio que hacerlo ya que sus intentos de aproximación a Catalunya Sí que es Pot para explorar un cambio de socios no han surgido efecto ni tampoco el escenario político en España ha facilitado esta alianza.

Voces en contra

Sea cual sea el desenlace de las conversaciones del Govern con la CUP, la polémica interna en el seno de Junts pel Sí está garantizada. Varias voces de la vieja CDC han atacado ferozmente a la CUP en los últimos meses al entender que es una formación deselal. Ayer mismo, el conseller de Cultura, Santi Vila, insistía en que los anticapitalistas no pueden trazar la hoja de ruta del proceso soberanista después de haberse «pasado por el forro los acuerdos suscritos». «La política catalana no la pueden marcar las ocurrencias de sectores extremistas», afirmó Vila, muy crítico con la idea un referéndum unilateral de independencia puesto que ya hay un plan de deconexión lleno de dificultades. «Es un error monumental contentar sólo a los más estresados e irreflexivos», dijo.