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El Guernica inédito de Palau i Fabre

LA RAZÓN publica un texto desconocido del escritor en el día que se celebra su centenario

Pablo Picasso, retratado por la artista Dora Maar, en un momento de la realización de su impresionante 'Guernica' en su taller de París
Pablo Picasso, retratado por la artista Dora Maar, en un momento de la realización de su impresionante 'Guernica' en su taller de Paríslarazon

LA RAZÓN publica un texto desconocido del escritor en el día que se celebra su centenario

Tal día como hoy de 1917 nacía en Barcelona Josep Palau i Fabre quien se convertiría en uno de los grandes autores catalanes del siglo pasado, además de ser la principal autoridad en los estudios sobre la vida –uno se atreve a decir las vidas– y la obra de Pablo Picasso, al que dedicó muchos estudios. Palau es el autor de la excelente colección de versos «Poemes de l’alquimista», de obras para la escena como «Teatre de don Joan», traductor al catalán de Rimbaud, el hombre que visitaba al último Antonin Artaud y que siempre tuvo la puerta abierta de los muchos talleres de su admirado Picasso.

Hoy tiene lugar el pistoletazo de la celebración con la colocación de una placa en el edificio de la barcelonesa calle Bruc, concretamente en el número 99, en el que nació y vivió Josep Palau i Fabre. Un reconocimiento que merecía el escritor por parte de la ciudad en la que residió y tanto trabajó hasta que se trasladó a Caldes d’Estrac, la población en la que hoy está la fundación que guarda su legado.

Por todo ello, este diario ha querido recordar al autor con la publicación de un texto inédito y que está relacionado con su pasión por Picasso. El próximo miércoles tendrá lugar el 80 aniversario del bombardeo de Guernica, el hecho que dio pie al grandioso cuadro del genio malagueño, toda una condena al poder destructor de las guerras. Palau no solamente fijó su atención en la labor de Picasso sino en todo lo que conmovía al artista. Así lo refleja en este texto procedente de una colección particular. Se titula escuestamente «Guernika» y Palau lo escribió a mano en una página sin realizar ningún tipo de retoque posterior:

«Era dia de mercat. Els infants jugaven a guerra. Les dones triaven les verdures, els ous, l’aviram, les patates. El repertori era una mica limitat, perquè era temps de guerra. Era dia de mercat.

Dos quarts de cinc de la tarda. Els infants jugaven a guerra quan de sobte, del cel, d’on vénen, diuen, els àngels i els ocells, queia un xàfec de foc, el cel era l’infern, l’ordre s’havia capgirat.

Tres hores més tard, aquell joc s’extingia. Els infants ja no jugaven a guerra: la guerra els havia exterminat. Ara tothom pensava igual, perquè tots els cadàvers pensen el mateix, i així començava la gran uniformitat.

Mil siscents cinquanta quatre morts i vuitcents vuitanta nou ferits. Quina gesta, senyors, quina gesta! Que el món prengui model, ja sap el que l’espera. ¿No habitaven als Andes, els cóndors? Per què escolleixes aquestes contrades?

I l’arbre allí, al bell mig, també nafrat, però dempeus; i encara no ressucitat».

En su intento por saberlo todo de Picasso, el escritor no vaciló en indagar también en lo que fue aquella masacre llevada a cabo por la Legión Cóndor con el visto bueno del cuartel de Franco. Pese a que los diarios controlados por los golpistas empezaron a tergiversar las realidad, hasta el punto de negar que aquel día hubo mercado, existe documentación gráfica que confirma que ese 26 de abril de 1937 salieron los habitantes de la villa vasca a comprar en la feria.

¿Se equivocaba Palau i Fabre en el recuento de los muertos en Guernica? Desde luego que no. La monstruosidad de la matanza se tradujo en 1.645 muertos y 889 heridos, cifra que dio a conocer el gobierno vasco de manera oficial. Cabe decir que en julio de 1936, según el censo oficial, Guernica contaba con 5.630 habitantes, Cuatro años del ataque de la Legión Cóndor, la ciudad contaba con 3.381 vecinos, es decir, un 40 por ciento menos.

Palau i Fabre describe brevemente, aunque de manera contundente, lo que fue ese horror, ese sinónimo de destrucción y muerte, un episodio bárbaro que influyó en Picasso. El pintor supo traducir todo eso en una grandiosa tela. El poeta y amigo lo plasmó con una prosa potente.