El PP asume su mal resultado y Albiol da por perdida Badalona

Las pocas alegrías que tuvo el PP en las elecciones municipales en Cataluña amenazan seriamente con convertirse en amargas victorias. Xavier García Albiol se impuso con claridad en Badalona al obtener 10 concejales, el doble que la coalición de Badalona en Comú (una marca que aglutina a miembros de la CUP, Podemos, EUiA y Los Verdes), pero el alcalde está convencido de que va a producirse un «pacto de perdedores» que le despojará del gobierno de la tercera ciudad de Cataluña.

Los cuatro partidos de izquierdas de Badalona (Badalona en Comú, PSC, ERC e ICV-EUiA), que han obtenido 14 concejales en estos comicios, mostraron ayer su voluntad de pactar para desbancar a Albiol, que aspiraba a la reelección para un nuevo mandato. El alcalde lamentó que la ley electoral permita este tipo de acuerdos y advirtió de que este pacto será letal para el progreso y el futuro de Badalona.

De nada parece que van a servir, por tanto, los llamamientos del PP a respetar a la lista más votada. En todo caso, los populares tienen muchos otros motivos para la preocupación, puesto que las municipales no han cumplido sus expectativas de voto.

«Somos gente que no huye»

Pese a haber perdido 110.000 votos, 509 concejales y la simbólica alcaldía de Barcelona, CiU sacó ayer pecho de los resultados electorales e hizo una valoración positiva. «Somos los ganadores», proclamó el secretario general de la federación nacionalista, Ramon Espadaler. Este es un país en el que cuesta hacer autocrítica, donde la noche electoral todos dicen que han ganado, porque al fin y al cabo los resultados permiten lecturas varias. Para gustos, los colores. Pero el PP, aunque podría haber mostrado músculo con las victorias de Xavier Garcia Albiol en Badalona, Manu Reyes en Castelldefels, habló, simple y llanamente, de derrota. La vicesecretaria de Organización del PP catalán, Dolors Montserrat, achacó los «malos resultados» al voto de castigo de los ciudadanos por las medidas impopulares que el Gobierno se ha visto obligado a adoptar para salir de la crisis.

Tampoco pasó por alto que la corrupción política –los papeles de Bárcenas, la Gürtel o espectáculo de Alfonso Rus en Xàtiva (Alicante)–, le ha pasado factura. La conclusión de la coordinadora de la campaña del PP catalán es que los ciudadanos, esta vez, no han votado en clave municipal.

Sobre el trasvase de votos a la formación que lidera Albert Rivera, interpreta que «se ha producido un voto de castigo, pero no a favor de Ciutadans, sino de protesta hacia el PP». El trasvase de votos del PP a Ciutadans es matemático. En Barcelona, por ejemplo, el PP obtuvo 9 concejales en 2011, y ahora Ciutadans (5) y los populares (3) se dividen 8 escaños. Más ejemplos, en Girona el PP tenía tres concejales, ahora tiene uno y Ciutadans, dos; en Tarragona, el PP tenía 7 y ahora tiene cuatro, los otros tres se han ido a Ciutadans. Y suma y sigue.

Montserrat está segura de que los populares no plantearon una mal campaña, que la gente no ha valorado los programas municipales y atribuyó el voto de castigo al PP a «causas externas» no relacionadas con un error de estrategia.

«Los resultados son malos, peores de lo que esperábamos. Tenemos que reflexionar y trabajar» , aseguró. Y en este proceso de reflexión, no se plantea la dimisión de su carismático líder en Barcelona, Alberto Fernández, que ha perdido seis concejales. «No dejará tirado a ningún barcelonés», explicó la dirigente del PP. Fernández «trabajará desde una oposición constructiva y respetuosa».

Aunque Ada Colau no incluye al PP, a CiU ni a Ciutadans en su primera ronda de contactos para estudiar acuerdos estables, la líder de BComú no descarta pactos puntuales a lo largo de la legislatura. «Somos gente que da la cara y no huye». Fernández «se ha dejado la piel estos años» y ahora «demostrará lo que vale».

Aunque el PP ha ganado en tres municipios, solo en Pontons tiene mayoría absoluta. En Badalona y Castelldefels un pacto múltiple de la izquierda puede impedir que gobiernen. A pesar de que el partido ha pasado de los 473 concejales que tenía en 2011 a 214, Montserrat pronosticó: «que nadie tenga duda que nos volveremos a levantar». «La política es como la visa, uno cae, reacciona y se levanta», reflexionó.