Barcelona

Las colas en El Prat crecen hasta la hora siguiendo el patrón de los días de huelga

A lo largo de la mañana también se han vivido largas colas en los mostradores de facturación

Vista de los accesos al control de seguridad del Aeropuerto de Barcelona-El Prat, ayer
Vista de los accesos al control de seguridad del Aeropuerto de Barcelona-El Prat, ayerlarazon

Los controles de seguridad de la terminal T1 del Aeropuerto de Barcelona han amanecido hoy con largas colas de hasta una hora de espera, que se han deshecho rápidamente antes de las 7:00 horas.

Las colas en los controles de seguridad de la terminal T1 del Aeropuerto de Barcelona-El Prat han crecido hasta alcanzar la hora de espera alrededor de las 10:30 horas, con lo que se sigue el patrón de las aglomeraciones que se han producido en los días de huelga.

Los trabajadores de Eulen, empresa encargada de los controles, reclaman mejoras en sus condiciones laborales y hace dos semanas que el conflicto que mantienen con la compañía se está traduciendo en episodios de largas colas, en ocasiones por parones de huelgas oficiales y en otras por un exceso de celo en sus tareas.

En la jornada de hoy no hay ninguna huelga oficial, pero se están repitiendo las colas en las mismas horas que en los días anteriores; es decir, de 5 a 5:30 horas y a partir de las 9:30 horas.

Esta situación está provocando mucha indignación entre los pasajeros, que llegan con muchas horas de antelación al aeropuerto barcelonés por el miedo a perder sus vuelos.

Una de estas personas que hoy tienen un vuelo es la concejala y portavoz adjunta del PDeCAT en Barcelona, Sònia Recasens, que viaja con toda su familia y ha lamentado, en declaraciones a Efe, que el conflicto en El Prat provoca «angustia» aunque se acuda a la terminal con tiempo de sobra.

Además, ha alertado que estas colas, sumadas a los episodios de «turismofobia» que se han vivido en Barcelona, como el ataque a un autobús turístico, pueden «desgastar la marca Barcelona».

A lo largo de la mañana también se han vivido largas colas en los mostradores de facturación, donde se acumulan las personas antes de que se abra su turno porque quieren ser los primeros en dejar la maleta para ir corriendo a pasar los controles de seguridad.

«Es un caos de ciudad, de Estado. Estoy indignado con todo el mundo», ha criticado Jorge, que ha llegado al aeropuerto con dos horas de antelación confiando en que hoy no habría cola.

Otros, como David Queralt, se lo han tomado con más filosofía: «Veníamos prevenidos porque, aunque hoy en teoría no hay huelga, sabíamos que Ðarían huelga encubierta». Efe