El Proust de Marsans

La galería A/34 permite conocer la personal mirada del pintor al ciclo novelístico «En busca del tiempo perdido».

El francés Marcel Proust es un autor que se presta a muchas lecturas, incluso a las artísticas. No han sido pocos los intentos existentes para poner en imágenes su ciclo novelístico «En busca del tiempo perdido», ya fuera sobre papel o sobre celuloide. Pero merece una mención aparte la labor titánica de Luis Marsans, uno de los nombres de referencia del arte contemporáneo, un autor que vivió al margen de las modas y las tendencias para construir un lenguaje propio, una personalísima y elegante manera de entender la pintura.

Marsans es el protagonista de una exposición que estos días puede verse en la galería A/34 de Barcelona, una buena oportunidad para conocer mejor a este pintor y, sobre todo, su manera de entender la prosa de Proust. Pese a que fue un artista atento a las vanguardias, hasta el punto de ser amigo de Duchamp y Dalí en el lejano Cadaqués de los años 50, Marsans finalmente optó por la figuración, por una pintura que debía mucho a la literatura, al amor por explicar relatos y convertir en pintura la letra impresa. Ahí está, por ejemplo, su serie de cuadros dedicados a la biblioteca como toda una declaración de intenciones.

En 1966 afronta el reto de enfrentarse a la palabra escrita deProust, con una serie de dibujos, pinturas y grabados que le harían recibir el reconocimiento internacional. Tenía tras de sí su profundo conocimiento de París y una mirada artística que debía mucho a lo que le había enseñado mucho tiempo atrás Ismael Smith. La exposición en A/34 invita a pasear por ese mundo.