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«En realidad, lo que escribo son historias de amor»

Jo Nesbø regresa con su serie de Harry Hole en «La sed», el undécimo título del personaje que le ha convertido en todo un referente de la novela negra

El escritor Jo Nesbø. ayer en el CCCB donde participó en Kosmópolis
El escritor Jo Nesbø. ayer en el CCCB donde participó en Kosmópolislarazon

La vida del escritor no es idílica. Dedican dos años a escribir una novela, vuelcan todo su deseo y voluntad en lograr lo que buscan y al acabar, ¿qué queda?, sólo unas cuantas páginas.

La vida del escritor no es idílica. Dedican dos años a escribir una novela, vuelcan todo su deseo y voluntad en lograr lo que buscan y al acabar, ¿qué queda?, sólo unas cuantas páginas. «En realidad lo único que te queda es escribir otra novela. Lo único perfecto de una novela es cuando la preparas, cuando marcas tus objetivos, haces la planificación, la documentación, y lo único que queda es ponerse a escribir. Empiezas con ese “Capítulo 1” y tu único trabajo es no fastidiar esa historia perfecta, pero al final siempre lo haces de una forma u otra. Ahí nace la sed de escribir la siguiente, y esta sed me parece insaciable», asegura Jo Nesbø..

El escritor noruego, uno de los grandes nombres de la novela negra contemporánea, regresa con el undécimo título de la serie Harry Hole, que precisamente se titula «La sed» (Random House/Roja & Negra en castellano y Proa en catalán). Sed es lo que siente el nuevo enemigo de Hole, un asesino en serie que encuentra sus víctimas vía Tinder. «Los asesinos en serie también buscan esa perfección en el crimen, pero tras cada asesinato sienten que todavía lo pueden hacer mejor. Lo mismo le ocurre a Hole. No importa cuántos asesinos atrape, al cogerlos siempre siente un anticlímax y como cazador que es sentirá esa sed de atrapar al siguiente», señala el escritor.

La novela nos muestra al Harry Hole más vulnerable y violento a un tiempo. Lo vemos casado con Rachel, disfrutando con la calma que se ha instalado en su vida, haciendo de padrastro del hijo de su mujer, y está tan enamorado que incluso le promete que dejará de perseguir asesinos. Sin embargo, con la aparición de un nuevo monstruo, no se podrá resistir. «Es una paradoja, porque en realidad odia su trabajo y ama a su familia, pero elige antes el primero. Supongo que es un cazador, como uno de esos soldados que a pesar de sobrevivir al horror de la guerra, cuando regresan a casa con sus familias, no pueden resistirse a volver al conflicto. Hay esa sensación de deber, de ese “si no lo hago yo, nadie más lo hará” y claudica», señala el autor de «El leopardo».

Por ello, este choque de voluntades que mueven la narración, hacen de esta novela la más romántica y dramáticamente negra de la serie. «En realidad, lo que escribo son siempre historias de amor, porque donde hay odio tiene que haber amor. Un famoso escritor noruego solía decir que los únicos temas sobre los que vale la pena escribir son el amor y el crimen y es muy fácil unirlos. Lo mejor que se puede hacer cuando escribes como yo cuentos de hadas para adultos es buscar los extremos», comenta Nesbo.

La invasión de Noruega

El escritor noruego pasó ayer por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) para participar en Kosmópolis, donde además de sus novelas venía a dar su opinión sobre su participación en la serie «Occupied», una distopía sobre qué pasaría si Rusia invadiese Noruego hoy día. «En realidad sólo dí las líneas maestras de la narración y los personajes principales, pero no escribí los guiones. Me he limitado en ser un consultor, y he de decir que la serie a tomado una línea más política que se escapa un poco de mis intenciones», señala Nesbø.

La idea de la narración le vino de su propa familia. Durante la Segunda Guerra Mundial, su padre colaboró con los nazis siendo un adolescente, mientras su madre, una niña todavía, hacía de mensajera de la resistencia. «Muchos temían más a Stalin que a Hitler y apoyaron a los alemanes. Lo que a mí me interesaba investigar es las diferentes formas de enfrentarse a una invasión, qué estás dispuesto a sacrificar por una palabra abstracta, libertad», asegura el autor.

Aficionado del Barça, disfrutó mucho con el 6-1 de la Champions, pero la remontada le dejó un regusto amargo. «Luis Suarez es un tramposo, no era penalti. Es como Harry Hole», concluye.