Partidos Políticos

Ganar primarias, perder elecciones

Los procesos de elección directa de los candidatos del PSC no han permitido a los socialistas recuperar su antigua hegemonía en Barcelona y en el área metropolitana. Todos los procesos se han cerrado con bajas participaciones

Meritxell Batet es la favorita para ser cabeza de lista del PSC a las generales
Meritxell Batet es la favorita para ser cabeza de lista del PSC a las generaleslarazon

Nadie puede presumir como el PSC de su tradición de celebrar elecciones primarias, un mecanismo que, poco a poco, se va abriendo paso en los partidos políticos aunque su rentabilidad electoral es muy dudosa. Los socialistas catalanes tienen una larga experiencia con las primarias, ya que las han celebrado en decenas de municipios para escoger a sus candidatos. Sin embargo, las de mayor importancia, es decir, aquellas que se han celebrado para escoger a sus alcaldables en Barcelona o a sus eurocandidatos han demostrado ser mecanismos poco útiles para mejorar las expectativas electorales.

La idea de quitar peso al aparato del partido y dejar la decisión de los candidatos en manos de los afiliados –incluso de los ciudadanos que quieran inscribirse– debía ser un mecanismo para conectar con la población, pero el experimento no ha funcionado hasta el momento. El duelo entre Jordi Hereu y Montserrat Tura en 2011 –quizá las primarias que mejor resultado dieron al PSC– concluyó con una participación del 35 por ciento (votó un total de 4.214 afiliados y simpatizantes de Barcelona). Pero el presunto trampolín que suponía vencer aquellas elecciones internas no evitó a Hereu la derrota ante Xavier Trias.

El PSC, sin embargo, se convenció de que esta cultura democrática debía implantarse por estatutos y prosiguió su experiencia, aunque el resultado empeoró. Las elecciones europeas motivaron unas nuevas primarias, en esta ocasión abiertas a los militantes y simpatizantes de toda Cataluña. La participación apenas alcanzó el 9 por ciento del censo socialista.

Pero el PSC no desfalleció y muy poco después convocó unas nuevas primarias para escoger a su alcaldable por Barcelona en una votación con doble vuelta que acabó encumbrando a Jaume Collboni. Por primera vez los socialistas abrieron la elección a los ciudadanos que quisieran inscribirse y no sólo a sus militantes y simpatizantes. Pero la idea tampoco sirvió para conectar con la gente. Aunque el censo se elevó a 21.000 personas, la participación en la primera ronda fue de 7.463 personas y de ellas sólo 2.259 fueron afiliados y simpatizantes (bastantes menos que en la elección entre Hereu y Tura). En la segunda ronda, la que enfrentó a Collboni con Carmen Andrés, la participación cayó y se quedó en 5.534, es decir, casi 2.000 votos menos que en la primera vuelta.

Todo este proceso interno no sirvió para mejorar las expectativas electorales de un PSC que no solo se vio devorado en gran parte por la irrupción de Ada Colau y su lista de Barcelona en Comú, sino que acabó superado también por CiU, Ciutadans y ERC.

¿Significa esto que peligra la celebración de primarias en el PSC? No en cuanto a que están fijadas en los estatutos del partido. Pero los socialistas ya las han evitado en varias ocasiones consensuando el candidato. Así ocurrió, por ejemplo, con Miquel Iceta en las pasadas autonómicas y con Carme Chacón en las pasadas generales. Por el momento, el duelo entre Meritxell Batet y Carles Martí para relevar a Chacón como cabeza de cartel se mantiene. Hoy, de hecho, comienza la recogida de avales para lograr convertirse en precandidato. Sin embargo, Martí ya ha anunciado su disposición a pactar una candidatura de consenso si se produce una renovación de una lista que integró, entre otros, a José Zaragoza y Germán Rodríguez, próximos a Chacón.