Barcelona

Gustavo Dudamel: «Beethoven es el mayor genio de la música»

El maestro inicia mañana en el Palau la integral de las sinfonías del gran compositor alemán

Dudamel, ayer por la mañana, dirigiendo el ensayo en el Palau del primer concierto de la integral
Dudamel, ayer por la mañana, dirigiendo el ensayo en el Palau del primer concierto de la integrallarazon

Cuando tenía nueve años, Gustavo Dudamel pidió a su tío grabaciones de las grandes obras de Beethoven. No había nada que desease más. Al poco tiempo, sin embargo, su tío apareció sólo con las partituras de la quinta sinfonía del maestro alemán, en una edición con tapa de color vinotinto que todavía conserva.

Cuando tenía nueve años, Gustavo Dudamel pidió a su tío grabaciones de las grandes obras de Beethoven. No había nada que desease más. Al poco tiempo, sin embargo, su tío apareció sólo con las partituras de la quinta sinfonía del maestro alemán, en una edición con tapa de color vinotinto que todavía conserva. Además, su tío también trajo las partituras de las sinfonías 40 y 41 de Mozart, en una pequeña edición de bolsillo de color verde. «Con esas partituras me convertí en niño director de orquesta, creando conciertos con mis muñequitos, moviéndoles y jugando a escuchar la música», asegura el maestro que, junto a su Orquesta Sinfónica Simón Bolivar de Venezuela, llega ahora al Palau de la Müsica para interpretar la integral de las sinfonías de Beethoven, un enrome reto del que se ha estado preparando «desde que tenía 15 o 16 años y empecé a dirigir». No es extraño, por ellos, que Dudamel no dude en afirmar que Beethoven es «el genio más grande de la historia de la música».

Mañana domingo, a las doce, comienza así, con la Sinfonía número 1 y 2, el maratón de conciertos que, de manera cronológica, repasará el corpus sinfónico del genio alemán. A las 19.00 horas, el festival continuará con las números 3 y 4. El lunes seguirá con la 5 y 6, el martes con las 7 y 8 y el gran final será el miércoles con la novena, con la participación del Orfeó Català y el Cor de Cambra del Palau, dirigidos por Simon Halsey. «Conocí a Halsey hace muchos años, cuando era asistente de Simon Rattle en Berlín. Se puede decir por eso que he sido admirador de su trabajo desde la adolescencia. Venir ahora a Barcelona y trabajar con él en un coro tan maravilloso es un honor y un privilegio», asegura efusivo el maestro venezolano. Es decir, cinco conciertos en cuatro días para vivir in situ la evolución de la revolución beethoviana. «En momentos como estos, el mensaje simbólico de la música de Beethoven, de unión, de hermandad, de buscar la fuerza común entre todos para mirar hacia el futuro parece más necesario que nunca. Como decía Miguel de Unamumo, la libertad que queremos dar a los puebles debe ser a través de la cultura y estos conciertos son un buen ejemplo», señala Dudamel, que abre en el Palau su gira europea que también le llevará con la integral de las sinfonías de Beethoven a Hamburgo y Viena.

El proyecto, con la colaboración de la Obra Social La Caixa, es un evento cultural de extraordinarias proporciones, que ha conseguido agotar localidades y atraer público de todos los rincones. Hasta 600 personas han comprado entradas para los cinco conciertos. «Será un remolino, un terremoto de emociones, una interpretación con espíritu jovial, pero maduro, muy pensado, porque Beethoven no deja lugar a ambigüedades. No imitaremos, nos convertiremos, nos transformaremos en esta música. En la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar llevamos juntos desde la infancia, hemos crecido juntos, y esa es nuestra energía», señala Dudamel.

Todavía se habla de su Concierto de Año Nuevo en Viena, pero Dudamel tiene mil proyectos en mente para no rememorar viejos laureles. «Es gracioso, porque antes del concierto me preguntaban si sería un concierto latino. Y claro que lo iba ser, el director lo era, pero seguían siendo vals y polca. La música es universal, puedes aportar tu propia interpretación, pero eso no quiere decir cambiar la tradición, sino mantenerla viva», añade el maestro.

Entre sus próximos proyectos están la integral de sinfonías de Tchaickosky, conciertos con el «crooner» Toni Bennett, y la interpretación de las 8 sinfonías de Schubert y las canciones de Mahler. «La música es una, no hay más divisiones. He trabajado con Coldplay, con Ruben Blades, con muchos. Hay que quitar el olor a naftalina de las orquestas. La amplitud de miras es maravillosa. También estoy trabajando con el director de cine Alejandro González Iñárritu para un concierto», concluye.