Sexo

Joan Caylà: «Las enfermedades de transmisión sexual son ahora las más frecuentes»

Ex jefe del servicio de Epidemiología de la agencia de Salud Pública de Barcelona y presidente de la fundación UITB.

Joan Caylà/médico
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El Ex jefe del servicio de Epidemiología de la agencia de Salud Pública de Barcelona y presidente de la fundación UITB afirma que «se ha bajado la guardia en el uso del preservativo y hay más riesgo que antes».

–A nivel epidemiológico, ¿cuáles son las principales preocupaciones? ¿son sobre todo las enfermedades de transmisión sexual?

-Dentro de las enfermedades de declaración obligatoria, lo que nos llama la atención es que hemos observado un cambio epidemiológico importante en los últimos 4 o 5 años. La tuberculosis era la enfermedad de declaración obligatoria más frecuente en Barcelona, por ejemplo, pero desde hace unos años, las enfermedades de transmisión sexual han pasado a ser las más frecuentes. En los últimos dos o tres años, la más frecuente es la infección gonocócica, en segundo lugar tenemos la sifilis, y en ter lugar, la infección por VIH, que es grave y preocupante, y finalmente, en cuarto lugar, la tuberculosis. Lo que ha pasado realmente es que año tras año se ha podido controlar mejor la tuberculosis, una infección que ha ido experimentando un declive, mientras que las infecciones de transmisión sexual han ido en aumentando. A modo de ejemplo, según los datos de distribución de los casos de enfermedades infecciosas de declaración obligatoria en residentes en Barcelona, en 2008 había 410 casos de tuberculosis, 210 de gonococia, 280 de sifilis y 300 de VIH aproximadamente. En 2015, ya se evidencia un cambio epidemológico con 280 casos de tuberculosis, 600 de gonococia, 510 de sifilis y 380 de VIH.

-Se ha logrado controlar la tuberculosis hasta el punto de reducir su incidencia. ¿Ello cómo se ha conseguido?

–En Barcelona funciona un programa desde hace 30 años, lo cual es un mérito. El programa ha tenido la suerte de disponer de enfermeras de salud pública que hacían un seguimiento de los casos, para asegurar que el paciente cumple con el tratamiento, y un seguimiento de los contactos, para asegurar que eran revisados. También, con el cambio demográfico y la llegada de inmigrantes de países en vía de desarrollo, pobres y con mucha tuberculosis, pudimos incorporar agentes comunitarios de salud, que son personas de la misma cultura y procedencia que los grupos mayoritarios de inmigrantes y que nos ayudan mucho en la vigilancia y control de los casos y los contactos. Además, se ha procedido a medidas organizativas que creemos que han dado muy buen resultado, como por ejemplo la creación en Barcelona de seis unidades clínicas, en las que se concentran casos y contactos, por lo que en ellas habrá más experiencia, lo que no quita que los médicos de atención primaria deben tener una formación sobre el tema.

– ¿Cómo se explica el aumento de la incidencia de las enfermedades de transmisión sexual? ¿Se ha bajado la guardia en cuanto al uso del preservativo?

–Se ha bajado realmente la guardia. Hace años, en los 80 y 90, los activistas más veteranos veían morir a amigos y compañeros de SIDA. Cuando no había los tratamientos retrovirales que tenemos ahora, esta enfermedad ocasionaba una letalidad a corto plazo muy alta. Esto asustaba a la gente y entonces se tomaban muchas más precauciones que ahora. En la actualidad, lo que nos comentan los activistas es que la gente joven no ha conocido a amigos que mueran de SIDA y esto ha comportado que el uso del preservativo, por ejemplo, haya decaído. Además, actualmente se dispone de aplicaciones para contactos sexuales, lo cual favorece encuentros de riesgo. También puede influir en parte el sexo químico: algunos grupos de población usan drogas para tener más actividad sexual y que ésta dure más y, bajo en el efecto de las drogas, las medidas preventivas son muy limitadas.

–¿Existe algún colectivo en el que hay más incidencia de este tipo de enfermedades?

–Lo que hemos visto es que la evolución de la enfermedades de transmisión sexual ha aumentado mucho más en los hombres y entre los hombres infectados, la mayoría son hombres que tienen sexo con hombres. Por lo tanto, en el colectivo gay hay subpoblaciones que tienen muchas prácticas repetidas de riesgo y ello favorece que algunos se infecten.

–¿Esto sucede solo en Barcelona?

-No, sucede a escala mundial, pero sobre todo en las grandes ciudades. Por otra parte hay ciudades que son gay friendly, con lo que son un polo de atracción para el colectivo gay.

–¿Qué afectaciones pueden tener para la salud estas tres enfermedades infecciosas con mayor incidencia que me comentaba?

-La gonococia sería la más leve y la sifilis puede dar complicaciones a largo plazo, incluso de tipo neurológico. Más grave sería el VIH, una infección que no hay que minusvalorar: la letalidad ha disminuido, pero quien tenga esta infección tendrá que hacer un tratamiento de por vida, puede tener efectos secundarios, muchos controles hospitalarios y, si aparecen complicaciones, podrá requerir incluso ingresos hospitalarios y demás. También se ha visto un brote epidémico de Hepatitis C y Hepatitis A entre el colectivo gay.

–¿Qué medidas son necesarias para controlar estas epidemias de enfermedades de transmisión sexual?

-El diagnóstico precoz es clave y pasa porque las personas que tengan sospecha de tener una infección de este tipo consulten rápidamente. Si se diagnostican se van a beneficiar de un tratamiento precoz y, a nivel comunitario, evitaremos infecciones. También se propone facilitar el acceso a las pruebas diagnósticas entre los colectivos que tengan relaciones de riesgo. Y lo que se está potenciando mucho últimamente es el clásico estudio de contactos.

–¿Estamos hablando de que urge activar programas de control y prevención de estas enfermedades?

-Es urgente porque a nivel de grandes ciudades, sobre todo, han aumentado mucho y sobrepasan ya las infecciones clásicas como la tuberculosis y además alguna puede ser muy grave. Por ello hay que priorizar programas de control y prevención para estas infecciones como se ha hecho en Barcelona, donde el Ayuntamiento ha impulsado este año una medida de control que se ha traducido en el contexto del servicio de epidemología de la Agencia de Salud Pública en la incorporación de otro médico dedicado a estas infecciones y dos enfermeras que colaboran en estos temas, por ejemplo favoreciendo el estudio de contactos.