Impuestos

Junqueras sopesa subir el IRPF a las rentas más altas

Los catalanes ya pagan hasta tres puntos más de este impuesto respecto a la media española

Hace cinco años los catalanes aprendieron a situar Aruba en el mapa, una pequeña isla del Caribe, ex colonia holandesa, conocida por tener el IRPF más alto del mundo, un 59 por ciento. Detrás va Suecia, que grava los rendimientos del trabajo con un 57 por ciento y entonces le seguía Cataluña con un 56 por ciento. Le seguía, en pretérito imperfecto, porque fue una medida excepcional para ingresar más dinero a las arcas del Estado en tiempo de crisis. Ahora, con un tipo máximo del 48 por ciento, Cataluña sigue siendo una de las Comunidades Autónomas con el IRPF más elevado. Los catalanes pagan hasta tres puntos de IRPF más que la media. En el cómputo global, está arriba de una lista indeseable junto a Cantabria, Extremadura y Navarra. Y aún y así, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, estudia subir este impuesto a las rentas más altas.

En una entrevista a la agencia Efe, Junqueras admite que pondrá esta propuesta sobre la mesa de negociación de los presupuestos, que confían que la CUP apoye.

El IRPF es un impuesto compartido entre el Estado y las Comunidades Autónomas. El primero pone el tipo que crea sobre el 50 por ciento y las segundas sobre el otro 50 por ciento. Cataluña mantiene la misma tarifa desde la era del tripartito con José Montilla al frente. Mientras que las autonomías donde ahora gobiernan el PSOE y Podemos han subido los impuestos acercándose a los tradicionales tipos altos de Cataluña.

Junqueras sopesa seguir el camino de Aragaón o Baleares que han subido este impuesto a las rentas superiores a los 100.000. A sabiendas de que es una medida nada popular alegó que la culpa de que el Govern se plantee subir el IRPF es del Gobierno de Mariano Rajoy. Según Junqueras, los últimos recursos presentados por el Gobierno ante el Tribunal Constitucional (TC) supondrán una bajada de los ingresos de unos 56 millones de euros, 11 millones por la aportación del impuesto sobre pisos vacíos y 45 millones más por el impuesto catalán que graba la producción de energía eléctrica de origen nuclear. Aunque el recurso que más daño ha hecho a las arcas de la Generalitat es contra el impuesto de depósitos bancarios, que según el vicepresidente económico reportaría a las cuentas del gobierno catalán 600 millones de euros. «Si tuviéramos este dinero no haría falta tomarlos de otro ámbito, como el del IRPF», vino a decir Junqueras.

El conseller de Economía hizo un llamamiento a la CUP para que le ayude a aprobar los presupuestos, aunque avisó de que no puede dejar de pagar la deuda porque los acreedores «desaparecerían». Sin embargo, se abre a colaborar con los de Anna Gabriel y compañía en el grupo impulsado para analizar la deuda pública. Junqueras respondió a una interpelación de la diputada de la CUP, Eulàlia Reguant, que aceptaría realizar una auditoría ciudadana de la deuda.