Política

La CUP decidirá la suerte de Mas el 27-D y CDC le pide un plan «B»

Los miembros de la CUP, Anna Gabriel, Antonio Baños y Albert Botrán, durante un acto de la formación política celebrado el paso domingo en Manresa
Los miembros de la CUP, Anna Gabriel, Antonio Baños y Albert Botrán, durante un acto de la formación política celebrado el paso domingo en Manresalarazon

Dirigentes de CDC defienden poner fin al acuerdo con la formación anticapitalista y cambiar de guión.

Ya hay fecha oficial para el desenlace del pulso que mantienen Junts pel Sí y la CUP. Los anticapitalistas celebrarán una asamblea el 27 de diciembre –una semana después de las elecciones generales– en la que se posicionarán definitivamente sobre la conveniencia de investir a Artur Mas, el inamovible candidato a la presidencia de la Generalitat de la coalición independentista que integran CDC y ERC.

Aunque las bases de la CUP abogaron mayoritariamente en su reciente reunión en Manresa por que Junts pel Sí proponga un candidato a presidente diferente a Mas, las puertas no están cerradas para el líder de Convergència. De hecho, la CUP no dudó en aconsejar ayer a los negociadores de Junts pel Sí que se preocupen de concretar otros aspectos diferentes al de quién debe ser presidente de la Generalitat para posibilitar un pacto.

Según explicó el diputado de la CUP Sergi Saladié, el pacto con Junts pel Sí está muy verde, ya que no hay ningún punto cerrado. «Les emplazamos desde aquí a que nos digan cuáles son los acuerdos que ellos dijeron ayer que ya existían, porque lo cierto es que no los hay», aseguró el parlamentario.

Los antisistema desean que Junts pel Sí ponga negro sobre blanco sus medidas para dar respuesta, entre otros asuntos, a las urgencias en ámbitos como la vivienda y la pobreza energética. «Hay muchos temas que no requieren recursos, sólo hace falta hacer política», insisten los diputados de la CUP.

En paralelo, Junts pel Sí insiste a los anticipatalistas que hagan movimientos para posibilitar un acuerdo. «Una negociación siempre es a dos bandas y, por tanto, debe haber voluntad de acuerdo por parte de las dos; si esto es así seguiremos negociando», afirmó la vicepresidenta de la Generalitat, Neus Munté.

La número dos del Govern se mantiene completamente fiel a Mas, pero lo cierto es que las voces de Convergència contrarias a la estrategia diseñada por su líder se multiplican. Mas ha dado la instrucción a sus negociadores de buscar el acuerdo de todas las maneras posibles, pero en CDC hay quien considera que, como mínimo, las conversaciones con la CUP deberían congelarse. Pero el líder de Convergència, que todavía conserva la autoridad en su partido, insiste en buscar el consenso con los antisistema porque el escenario de unas nuevas elecciones en marzo podría ser devastador para su partido.

«La libertad de un país, la construcción de un Estado, es un proceso que no se puede hacer vetando, se debe hacer votando», dijo ayer el propio Mas. En el acto de entrega del XIX Premi Ramon Trias Fargas de ensayo político que organiza la Fundació CatDem, vinculada a CDC, Mas afirmó que a Cataluña no le sobran liderazgos, y que se necesita más gente dispuesta a ir a favor «y menos gente obsesionada en ir a la contra». «No se puede vetar, se tiene que votar. Vetar ya lo hace el Estado español. Nos veta las finanzas, las competencias y la proyección internacional. No podemos añadir más vetos a Cataluña de los que hay», añadió.