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La CUP se alía con CSQEP en materia de vivienda y tensa la cuerda con JxSí

Las dos fuerzas presentan enmiendas conjuntas para corregir la ley de emergencia social del Govern

El diputado de la CUP Joan Garriga dijo que su relación con CSQEP es «íntima y con cariño»
El diputado de la CUP Joan Garriga dijo que su relación con CSQEP es «íntima y con cariño»larazon

Las dos fuerzas presentan enmiendas conjuntas para corregir la ley de emergencia social del Govern.

Un nuevo problema se cierne sobre el Govern. Ayer la CUP y Catalunya Sí Que Es Pot (CSQEP) escenificaron una alianza para presentar enmiendas conjuntas a la nueva ley de emergencia habitacional, que pretende sustituir los artículos suspendidos por el Tribunal Constitucional (TC) de la Ley de Emergencia Social 24/2015. Justo ahora que los presupuestos entran en su fase decisiva –ya han sido admitidos a trámite, el debate a la totalidad será el próximo día 21 y a principios de febrero se llevará a cabo el debate final-, las dos fuerzas de izquierda tratan de darle una vuelta más al texto de Junts pel Sí sobre emergencia de la vivienda, impulsadas por las entidades sociales del tercer sector.

Según la exposición que hicieron el líder de Junts pel Sí, Lluís Rabell, como el diputado de la CUP, Joan Garriga, la mayoría de estas enmiendas son de adición, y están orientadas principalmente a regular el alquiler «abusivo», la ocupación de viviendas y que las políticas de viviendas se consideren de «interés general» para que el Govern habilite partidas abiertas para este tema en los próximos presupuestos. A esto último, Rabell se mostró poco optimista: «Cuando hablamos de partidas abiertas, al Govern le da temblores. Les gusta más tener presupuestos acotados». Junts pel Sí estaría dispuesta a aceptar un margen de maniobra en las partidas siempre que se repartan las cargas entre diferentes administraciones.

Los anticapitalistas y los comunes exhibieron gran sintonía, lo que indica que han pasado a segundo plano los desencuentros que mantuvieron durante los primeros meses de legislatura y que desembocaron en una dura carta de la CUP –a finales de febrero- a Catalunya Sí Que Es Pot acusándoles de «linchamiento en las redes sociales y en el Parlament». De esta manera, este consenso llega en un momento en que los cuperos se habían quedados solos ante el reto de los presupuestos: Junts pel Sí ha querido arrinconar a la CUP bajo la amenaza del referéndum. Así, tanto Rabell como Garriga no dudaron en calificar la relación de «amistad íntima y con cariño».

Poco después, Junts pel Sí expresó en un comunicado su discrepancia hacia la regulación del alquiler «abusivo» en esta norma. La coalición independentista propuso elaborar en el plazo de nueve meses otra ley catalana que regule este aspecto. Para ello, pidió que en esta ley de emergencia habitacional se incluya una disposición final en que los grupos asuman el compromiso de elaborar un proyecto de ley centrado exclusivamente en el alquiler «abusivo».

Las enmiendas presentadas por la CUP y Catalunya Sí Que Es Pot consideran «abusivo» el alquiler de una finca urbana destinada a la vivienda habitual que suponga para el arrendatario un esfuerzo económico superior al 30 por ciento de los ingresos de los hogares del municipio donde se ubica. La enmienda sobre la ocupación de vivienda contempla que las personas que se encuentren en una situación «exclusión social» puedan habitar en viviendas que hayan ocupado «de forma pacífica y continuada». Garriga puntualizó que las «personas que ocupan por necesidad se queden donde viven».