Exposición

La musa del genio

Una exposición recupera la figura y el legado de Jacqueline Picasso, presentando algunas de las fotografías realizadas por ella

Jacqueline Picasso siempre se volcó con el museo dedicado a su marido
Jacqueline Picasso siempre se volcó con el museo dedicado a su maridolarazon

Una exposición recupera la figura y el legado de Jacqueline Picasso, presentando algunas de las fotografías realizadas por ella

Fue la última musa de Pablo Picasso y, tras la muerte del artista, ella se convirtió en el objetivo de numerosas críticas. Pero Jacqueline Roque o, mejor dicho, Jacqueline Picasso para la historia del arte, fue algo más que la sombra de un genio. Una exposición recuerda ahora a esta figura y su legado en una exposición en el Museo Picasso de Barcelona.

A diferencia de otras mujeres del genio malagueño, Jacqueline prefirió no convertir en unas memorias su historia de amor con un hombre que no era fácil y de cuyo declive en sus últimos años de vida fue silenciosa testigo. Ella prefirió optar por otro camino, más de acuerdo con la voluntad de su célebre marido: la divulgación de su creatividad. Y eso lo hizo a través de numerosas exposiciones, además de donaciones a diferentes museos, como el de Barcelona.

Labor de mecenas

En este sentido, la muestra recupera ese labor de mecenas de Jacqueline, rememorando las visitas que hizo al museo barcelonés entre el 13 de marzo de 1978 y el 22 de febrero de 1982, con fotografías y otros documentos. A este material se le une una selección de 13 imágenes tomadas por la mismísima Jacqueline Picasso y que nos permiten conocer más de cerca como fue la relación de la pareja.

El Museo Picasso es propietario de numerosas imágenes en las que se puede profundizar en la biografía de la musa, algunas de ellas expuestas ahora. De esta manera podemos contemplar a Picasso junto con Jaume Sabartés, secretario del artista y centro picassiano de la capital catalana. Pero el pintor también surge en estas imágenes junto con sus amigos la familia Gaspar en el aeropuerto de Niza, vestido con sus pantalones favoritos, o en los jardines en su residencia de Vauvenargues. Pero la mirada de Jacqueline también se fija en momentos divertidos, como a Picasso vestido con sus insólitos pantalones.

Uno de los más generosos gestos de Jacqueline con Barcelona fue el regalo de 41 cerámicas y el óleo «La mujer de la cofia», de 1901. La muestra también permite ver parte del conjunto –22 cerámicas y la pintura citada– y constatar la relación de amor que hubo entre el museo y la compañera del artista.

Hasta hace poco, Jacqueline Picasso no ha tenido biografía. La periodista Pepita Dupont fue la responsable de «La verdad sobre Jacqueline y Pablo Picasso», un libro en el que se aportaba nuevas informaciones sobre aquella mujer fundamental para el mundo del arte. Dupont tenía una ventaja: había sido buena amiga y confidente de su biografiada. De esta manera sabemos que poco antes de suicidarse, Jacqueline se comprometió ante Aurelio Torrente, por entonces director del Museo de Arte Contemporáneo Español, a regalar a España 61 cuadros pintados por su marido. Pero, tras la desaparición de Jacqueline, no apareció el testamento que certificara esa generosa disposición. Los cuadros volvieron a Francia. Cuando se visita el Museo Picasso de Barcelona y se ve esta exposición, no se puede evitar pensar qué habría pasado si la musa picassiana por excelencia no hubiera muerto o si ese testamente perdido hubiera aparecido. Nunca lo sabremos.

Nos queda el consuelo de lo que tenemos, del regalo de Jacqueline a una ciudad que amó por lo que significaba para su marido: el primer escenario de su carrera artística y el hogar de su primer museo.

Dónde: Museo Picasso de Barcelona. Montcada, 15-23.

Cuándo: hasta el 4 de septiembre.